El proyecto de iniciativa legal del Parlamento Europeo ‘Transparencia, responsabilidad e integridad en el seno de las instituciones europeas’, abierto hace casi dos años, sometido a enmiendas (1 y 2) y cuyo ponente es el eurodiputado Sven Giegold, del grupo Verdes/Alianza Libre Europea, ha sido retrasado en la Comisión de Asuntos Constitucionales el pasado martes y posiblemente no pueda ser llevado al pleno del próximo 24 de octubre. El retraso fue acordado por el Partido Popular Europeo (PPE), los socialistas y demócratas (S&D) y los liberales (ALDE). Estos dos últimos partidos alegan que se sumaron al bloqueo porque la proposición no iba a ser aceptada por los diputados de la derecha, entre los que se encuentra el eurodiputado del PP, Esteban González Pons.
El proyecto incluye un elemento fundamental para el control público de la actuación de los lobbies, instaurando una denominada “huella legislativa” de tal suerte que la Comisión Europea, el Parlamento y el Consejo consignen y publiquen todas las contribuciones que han recibido de los grupos de presión y otros interesados en los proyectos de políticas, actas y enmiendas, creando así la citada huella. Ésta debería ser consignada en un formulario como anexo a los informes que enumere con precisión a todos los lobistas e interesados que se han reunido con las personas encargadas de la preparación de las leyes y normas, y también en otro documento se deberían recoger las contribuciones escritas recibidas.
De esta forma se apreciaría quién ha conseguido meter la pluma en una norma legal y hasta qué punto está equilibrada en relación a los intereses de todos los afectados. La propuesta también recoge que los eurodiputados tengan que esperar al menos tres años antes de fichar por algún lobby una vez concluida su tarea en el Parlamento.
Prohibición expresa de actividad de los eurodiputados en grupos de presión
Según el ponente, el PPE no estaba por la labor de embridar más a los lobbies, habiendo propuesto una serie de modificaciones días antes del bloqueo, que rebajaban sustancialmente el control de los grupos de presión. Así, mientras que en la iniciativa de Giegold se prohíbe explícitamente que los eurodiputados lleven a cabo actividades secundarias en grupos de presión, los populares reclamaban una negociación de las actividades a prohibir, y tampoco estaban de acuerdo con instaurar la “huella legislativa” proponiendo simplemente un compromiso de más transparencia. El Partido Popular Europeo niega que no quiera sacar adelante una propuesta de mayor control de los lobbies pero reclama una “mejor formulación”, según declaró el coordinador del PPE, György Schöpflin, a Euractiv.
Este freno a la iniciativa de más transparencia se produce en un momento de enorme sensibilidad sobre estos temas, tras el escándalo del fichaje del anterior presidente de la Comisión, Durao Barroso, por Goldman Sachs y las negociaciones poco transparentes del tratado de libre comercio con Estados Unidos, entre otros.
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