El arte contemporáneo, aquel protagonizado por artistas nacidos después de 1945, ha batido un récord en la campaña 2012/13, superando por vez primera los 1.000 millones de euros (1.045 millones), con un incremento del 15% sobre el ejercicio anterior, según los datos que ayer hizo públicos Artprice.
Esta cifra ha sido conseguida gracias al creciente número de museos que se abren en el mundo, especialmente en países petrolíferos árabes y otros que no han sufrido la gran recesión, así como al mayor número de millonarios jóvenes que han producido las tecnologías de la información, y de grandes gestores de hedge funds y capital riesgo que han seguido acumulando inmensas fortunas en la crisis. Esta hornada artística tiene una fuerte demanda, con visos de configurar una burbuja.
Señales de burbuja en el arte más contemporáneo: En 10 años se ha pasado de 75 millones a más de 1.000 millones
Hace 10 años este mercado no superaba los 75 millones de euros, lo que significa que la revalorización de las obras no tiene parangón sobre otras inversiones. Este conjunto de artistas más próximo en el tiempo representa ahora el 13% del total de arte vendido en subasta pública, que ascendió a 8.092 millones, un 2,4% menos que la temporada anterior. Si hace unos años el preferido de los especuladores artísticos era Damien Hirst, el trono ahora es para el neoyorquino Jean Michel Basquiat, muerto con 28 años.
De este pintor de ascendencia africana, muy sobrevalorado sin duda por la burbuja citada, se ha vendido obra en subastas públicas por valor de 163 millones de euros , el doble que el año anterior (80 millones), en el que también fue la estrella que más brillaba. Un cuadro suyo, ‘Dustheads’, pintado en 1982, con máscaras muy suyas, se vendió en 48,8 millones de dólares, un récord para una obra suya, que no había superado los 27 millones.
Basquiat se situaba de esta forma a la altura e incluso los superaba de los precios alcanzados por Monet y Picasso. Una obra en papel del mismo autor, ‘Furious Man’ multiplicó por cuatro el precio esperado, pagándose por ella casi 6 millones de dólares. La obra del picasso negro como algunos críticos le llamaron en su tiempo ha multiplicado su precio por 15 en igual número de años.
Comprensible descenso de Damien Hirst y entrada de un fotógrafo, Andreas Gursky, en el Top Ten
Nueva York, como lo fue París en el siglo XX, es la ciudad que produce los “artistas más caros” , en este conjunto de contemporáneos. Tras Basquiat es Jeff Koons, un artista del pop, el más codiciado, habiendo alcanzado una escultura suya de tulipanes un precio de 23,6 millones de euros, tres veces más que una de Giacometti. El tercero también es un estadounidense, Christopher Wool, con una obra vendida en 25 millones de euros. Los chinos Zeng Fanzhi, Zhou Chunya y Chen Yifei, se sitúan también entre los diez primeros, junto a los británicos Peter Doig y Damien Hirst, otro estadounidense, Mark Grotjahn, y un fotógrafo, Andreas Gursky, que en la décima posición demuestra el potencial que tiene la fotografía en su sentido más amplio.
A pesar del empuje de estos artistas, siguen siendo los de la postguerra los que más interés despiertan. Jackson Pollock y Roy Lichtenstein han establecido nuevos récords, con precios de 58 y 56 millones de dólares. También se pagó el precio más alto por una obra de Barnett Newman, 44 millones de dólares. En cuanto a Gerard Richter consiguió ser el artista vivo con la obra más cara, vendida en Sotheby’s por 37 millones de dólares. El padrino de Basquiat, Andy Warhol también sigue incombustible, con alguna de sus obras, como ‘Statue of Liberty’ superando los 40 millones de dólares
La subasta de mayo de arte contemporáneo y de postguerra que celebró Christie’s en Nueva York enseñó al mundo como el mercado del arte se ha globalizado. Hubo compradores de más de 40 países registrados, se vendió obra por valor de 640 millones de dólares, nuevo récord histórico, y la obra de 37 artistas alcanzó su mayor precio.
Los artistas plásticos españoles apenas tienen presencia en la escena internacional a pesar del récord de Chillida
En este ambiente eufórico y que tan bien refleja la desigualdad creciente de la riqueza planetaria, el arte español ha mostrado su cara más sombría. Aunque una escultura de Chillida consiguió el mejor precio hasta ahora para la obra del genio guipuzcoano, con 4,8 millones de euros para ‘Buscando la luz IV’, no ocurrió lo mismo con Miquel Barceló, el pintor vivo más cotizado. Los artistas plásticos españoles venden mal fuera y ahora mismo muy mal dentro, al estar tiesos los museos, las empresas y los particulares. Entre el medio millar de artistas que venden obra en las subastas internacionales, se pueden contar con los dedos de la mano los artistas vivos españoles, Barceló, Plensa, Cristina Iglesias, Antonio López, Manolo Valdés, Pérez Villalta y García Alix (por nombrar a un fotógrafo).
Frente a este páramo internacional, fiel reflejo de la decadencia del mercado artístico español, se han producido algunas iniciativas para promover y levantar el sector, con la exigencia al Gobierno de leyes prometidas, como la de mecenazgo, y fortaleciendo la conexión pública –privada. Entre los estudios realizados destaca el de la Fundación Arte y Mecenazgo realizado conjuntamente con La Caixa.
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