El presidente europeo de Coca-Cola, James Quincey, ha admitido que algunos consumidores “no se dan cuenta” de la cantidad de azúcar que hay en las bebidas de la compañía. En el programa Newsnight de la BBC, James Quincey también admitió que “las cosas tienen que cambiar” y los vasos gigantes deben reducir su tamaño. Este reconocimiento se produjo después de que el presentador de la BBC, Jeremy Paxman, le reprochara que los envases gigantes contienen 44 cucharaditas de azúcar. Quincey se defiende argumentando que una lata normal – que contiene 35 gramos o seis cucharaditas de azúcar – es similar en calorías a ‘un capuchino o medio croissant’.
La gente ignora la cantidad de azúcar
que hay en los vasos que venden en los cines
El CEO para Europa de Coca-Cola subraya que la compañía se esfuerza en ser más transparente en la información del contenido en calorías y azúcar de sus productos. Pero cuando Jeremy Paxman le preguntó si creía que la gente tenía idea de la cantidad de azúcar que hay en los vasos que compran en el cine, respondió: “Creo que no lo saben”. En el Reino Unido las autoridades recomiendan que el azúcar no sobrepase más del 10 % del total de energía que obtienen de los alimentos. Se recomienda un máximo de 50 gramos de azúcar al día, equivalente a 10 terrones para adultos y adolescentes. Sólo una botella de 500 ml de Coca-Cola supera este límite, con 10,5 terrones.
Como ya informó La Celosía, un juez de Nueva York decidió pocas horas antes de que entrase en vigor la norma de prohibir la venta de refrescos de más de medio litro, que la medida era ‘arbitraria y caprichosa’. El magistrado Milton Tingling sentenció que la decisión fuera bloqueada de manera permanente, favoreciendo a Coca-Cola. Un 40% de los niños matriculados en las escuelas públicas neoyorquinas tiene problemas de obesidad, y nadie duda, excepto los fabricantes de bebidas gaseosas edulcoradas, que una de las causas es la ingesta de éstas.
Científicos prueban la relación del consumo de Coca-Cola
con obesidad, diabetes y síndrome metabólico
James Quincey, que recibe premios e incentivos por impulsar el consumo del popular refresco, fue el responsable de Coca-Cola en México, país que sufre epidemia de obesidad. Mientras que en Estados Unidos bajó el consumo de bebidas azucaradas, en México aumentó y ha tomado el relevo como el principal consumidor en el mundo. La denuncia parte nada menos que de Mauricio Hernández, director del Instituto Nacional de Salud Pública de México, partidario de un impuesto al refresco. Hernández corrobora que su imposición ha demostrado un descenso inmediato en el consumo en 19 países. Su departamento ha publicado estudios científicos que prueban la asociación del consumo del popular refresco con obesidad, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico.
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