En nuestra nación la justicia no es más que un juego de influencias y conveniencias que castiga a quienes no tienen cómo pagar con puestos, mordidas o ayudas. El que carece de amigos en la política o billeteras profundas está condenado a terminar en la cárcel en caso de ser procesado. Por eso tampoco es extraño que también se haya convertido en deporte nacional escapar de la nación para evitar enfrentar a la mal llamada ley cuando la rosca política de turno termina su ciclo o se carece de los fondos en el banco. En Colombia, la mayoría de las veces, no se falla en justicia, se falla en billetera, y cuando los casos son jurídicamente sancionables pero no convenientes, se juega la carta de la prescripción…
Newsletter-ColLateralDcha-Opinion