A la vuelta del verano de 2010, Mariano Rajoy leyó un documento de Fátima Báñez -que entonces pertenecía al equipo económico del PP en el Parlamento-, donde se planteaba la necesidad de crear una Ley de Emprendedores. La idea le gustó y a finales de septiembre ya la estaba difundiendo en reuniones y mítines. El 29 de junio de 2011, el Grupo Popular la presentó como proposición de ley, con un texto articulado, pero al no prosperar la incluyó como medida estrella en su programa electoral (propuesta Nº 14). La historia de este proyecto es una prueba contundente de cómo un Gobierno puede triturar una buena idea si no se marcan correctamente las prioridades. Artículo completo.