La presidenta Cristina Kirchner retoma sus actividades habituales, luego de recibir el alta “neurológica y neuroquirúrgica” por parte de los médicos de la Fundación Favaloro. Su regreso será en sus comienzos con un muy bajo nivel de actividad y en forma muy gradual, para evitar esfuerzos físicos y su exposición al estrés, si bien hay una serie de temas urgentes que apremian al Gobierno. Crecen los conflictos de la economía, y la inseguridad es un drama incesante para muchos argentinos. La economía, por ejemplo, obligará a Cristina a tomar decisiones importantes no bien reasuma sus funciones, aunque sea a media máquina. La ratonera en la que la metieron sus funcionarios económicos no le dará mucho tiempo para reflexionar sobre eventuales medidas.
El nivel de reservas, poco más de 34.000 millones de dólares, es el más bajo desde que asumió la presidencia, en 2007. La falta de dólares espolea muchos problemas. Se profundiza el cepo a las importaciones, sobre todo de los insumos indispensables para la industria nacional. El letargo industrial amenaza con el despido o la suspensión de muchos trabajadores. Y la escasez de productos empuja, a su vez, la inflación.