La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) da marcha atrás en su dictamen inicialmente negativo sobre el glifosato de Monsanto, que bajo la marca Round UP es el herbicida más usado en España. En un vago y tibio comunicado asegura ahora que “es poco probable que sea cancerígeno”. Con su confuso pronunciamiento crea un escenario de incertidumbre sobre sus efectos nocivos y abre fuertes discrepancias en la comunidad científica, además de provocar un fuerte rechazo a su conducta en Los Verdes y organizaciones ecologistas. La EFSA le pasa la patata caliente a la Comisión Europea que deberá decidir, de aquí a 2016, si mantiene al glifosato en su lista de sustancias activas autorizadas. “Ante un caso como este se debería haber usado el conocido como principio de precaución: ante la duda, abstenerse. No permitir su venta”, declara a La Celosía el investigador Jesús del Mazo, responsable del Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC. Del Mazo es uno de los nueve investigadores españoles firmantes de la “Declaración de Berlaymont”, de la que informó ampliamente la Celosía, en la que 89 científicos reclaman a las autoridades comunitarias que se endurezcan las reglas para prohibir las sustancias químicas que perturban el sistema endocrino.
Monsanto recibe un balón de oxígeno en su peor momento. Once países de la UE solicitaron recientemente prohibir en su territorio el cultivo de transgénicos. “Las conclusiones de la EFSA sobre el glifosato se alinean con las de los organismos reguladores de todo el mundo. Estamos plenamente confiados en el perfil de seguridad de nuestros productos. Nuestra confianza se basa en evaluaciones de seguridad internas y rigurosas, además de las evaluaciones de seguridad de las autoridades reguladoras, investigadores independientes y otros expertos de todo el mundo”, es la respuesta dada por la multinacional.
La EFSA vuela al rescate de Monsanto,
según José Bové, eurodiputado de Los Verdes
“Mientras que muchos estudios publicados en revistas científicas demuestran que el glifosato causa el cáncer, el informe de la EFSA concluye exactamente lo contrario”, afirma José Bové, eurodiputado de Los Verdes. Bové asegura que la EFSA vuela al rescate de Monsanto y censura el diagnóstico de la agencia de salud de Alemania (BfR) –responsable del dictamen avalado por EFSA- que considera se basó en estudios cuestionables porque no fueron examinados por otros investigadores. “La prohibición del glifosato debería haber sido automática. La Comisión Europea y los Estados deben retirar la autorización. Esta sustancia química tóxica debe ser retirada de la venta y su uso prohibido en los campos y jardines”, subraya.
EFSA y los Estados miembros de la UE han concluido la re-evaluación del glifosato, un producto químico que se utiliza ampliamente en los pesticidas. El informe concluye que el glifosato es poco probable que suponga un riesgo carcinogénico para los humanos y se propone una nueva medida de seguridad que vigile estrechamente el control de los residuos de glifosato en los alimentos. Un grupo de expertos de revisión por pares compuesto por científicos de la EFSA y representantes de organismos de evaluación de riesgos en los Estados miembros de la UE ha establecido una dosis de referencia aguda (DRA) para el glifosato de 0,5 mg por kg de peso corporal. Una dosis es una ingesta estimada de una sustancia química en los alimentos, expresada en una base de peso corporal, que puede ingerirse en un corto período de tiempo, generalmente en una comida o en un día, sin representar un riesgo para la salud.
La exposición al glifosato y el desarrollo de cáncer
“Este ha sido un proceso exhaustivo. Una evaluación completa que ha tenido en cuenta una gran cantidad de nuevos estudios y datos”, señala en el comunicado de la EFSA el español José Tarazona, jefe de la Unidad de Plaguicidas. De todos los miembros de la UE, Suecia subrayó públicamente que ni los datos epidemiológicos sobre su presencia en humanos ni la evidencia de estudios en animales demostraron la causalidad entre la exposición al glifosato y el desarrollo de cáncer. Francia estuvo de acuerdo con esta posición, según señala un portavoz de la EFSA a La Celosía.
“Para alcanzar el límite máximo propuesto de ingesta diaria de residuos de glifosato -que usted debe recordar es un ‘máximo’ y los residuos rara vez se acercan a ese nivel – una persona tendría que comer el equivalente a 2 kg de cebada pura (sin procesar) o de granos de avena al día, 40 cuencos de gachas al día o 400 kg de frutas o verduras, algo inimaginable”, explica Charla Lord, portavoz de Asuntos Corporativos de Monsanto Company. Conchi Novillo, directora de Asuntos Regulatorios y Científicos de Monsanto España, no ha querido comentar el comunicado de EFSA.