Los lobbies se retratan en la Asamblea Nacional francesa en un ejercicio de transparencia, mientras en España la dejación de los partidos políticos ha imposibilitado contar con un registro de lobistas. Su puesta en marcha encargada a un político, obligado a dimitir por un escándalo financiero, permitiría conocer la presión de las empresas y organizaciones sobre los diputados. En el país vecino, el Banco de Francia, empresas de la talla de Air France o Air Bus, cámaras de comercio, patronales y otras entidades rinden cuentas como lobistas. Al registro visible en la web de la Asamblea Nacional puede acceder cualquier ciudadano.
El control sobre los lobbies aumenta en Francia
La mejora en la transparencia se debe al presidente de la delegación de representantes de los grupos de interés, Christophe Sirugue. Este político socialista francés ha publicado un informe sobre el cabildeo en la Asamblea Nacional. Es el resultado de un arduo trabajo que se le encomendó a la Mesa de la Asamblea en el verano de 2012. Sirugue y su equipo se han esforzado en mejorar el sistema introducido en 2009, que no dejó a nadie satisfecho, por el escaso control que se ejercía sobre los lobbies. En su informe Christophe Sirugue explica como con la mejora del registro se ha puesto fin a una época oscurantista, en la que además no se controlaba debidamente quien poseía las tarjetas de acceso. El diputado francés señala que un total de 141 grupos de presión se registraron en la décimo tercera legislatura en la Asamblea Nacional.
En Europa, además de la Asamblea Nacional francesa, hacen gala de transparencia otros cinco parlamentos: el Folketing danés, el Bundestag alemán, y las cámaras de Lituania, Polonia y Eslovenia. En todos estos parlamentos, además de una regulación de los grupos de presión convenientemente registrados, existen normas especiales de acceso a los edificios donde se debaten las leyes políticas que afectarán a sus intereses.
EE.UU. prepara nuevas generaciones de lobistas
En Estados Unidos preparan nuevas generaciones de lobistas a través de la red Young (YLN) que ofrece posibilidades profesionales en Washington donde se encuentra el Congreso. La Asociación de Relaciones Gubernamentales Profesionales (AGRP) imparte a los miembros de esta red, previo pago de una tasa, formación como futuros lobistas. Se les adiestra en las relaciones con el gobierno y los políticos y cómo afrontar debates estratégicos para defender a la industria o entidad que representen. También es intención de la AGRP fortalecer los lazos entre la comunidad de grupos de presión más grande del mundo. La red celebra con este fin happy hours mensuales, así como acciones de reclutamiento, tutoría y de voluntariado.
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