En España se calcula que hay entre 9.000 y 10.000 dietistas-nutricionistas colegiados. En 25 facultades del país se imparte esta carrera, clave en la divulgación de una alimentación sana y un estilo de vida saludable. Pero quienes están en activo denuncian el desamparo en que se encuentran. “Parece que se nos quisiera echar del colectivo sanitario, cuando somos clave en hospitales, centros de atención primaria y consultas”, declara a La Celosía, Alma Mª Palau, presidenta del Consejo General de Dietistas-Nutricionistas de España. España es el único país europeo que no cuenta con con estos profesionales en el Sistema Nacional de Salud. El colectivo se queja de que apenas existen plazas públicas para quienes deben velar por una buena alimentación en centros educativos.
Los dietistas-nutricionistas, indefensos
ante el intrusismo
y la mala praxis en nutrición
Como refleja el Consejo General la regulación de la profesión está en sus inicios. Los colegiados denuncian que no existe ninguna medida por parte del Gobierno para proteger al ciudadano del intrusismo sanitario o de la mala praxis en nutrición. También lamentan que se cuestione la colegiación obligatoria, en un intento de dejar a la profesión totalmente indefensa. En 2009 la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AEDN) presentó denuncia sobre las competencias otorgadas a farmacéuticos y enfermeros en materia de nutrición. El Tribunal Supremo argumentó en su contra que “en todas las profesiones sanitarias existe una serie de funciones que se solapan, que son semejantes o a veces idénticas, y que no por eso una ejerce la profesión de la otra”. Y concluyó que mientras para un dietista-nutricionista la nutrición es la competencia principal, para las otras dos profesiones es una formación teórica que en ningún caso debe confundirse con el ejercicio de una profesión.
Además del Consejo General, el colectivo cuenta con el apoyo de la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas. La fundación tiene como fin la formación de estos profesionales, la investigación y la evidencia científica, así como la educación alimentaria de la población a través de la divulgación. En España una de las principales salidas laborales ha sido el ejercicio de la profesión en la consulta dietética, tema que abordará en un próximo congreso. Corresponde también a la fundación informar acerca de los alimentos o productos dietéticos que la industria alimentaria y farmacéutica lanza al mercado.
Gobiernos y autoridades sanitarias
deben valorar su papel en la salud
Una delegación española se reúne una vez al año con el lobby europeo de dietistas, European Federation of the Associations of Dietitians (EFAD), cuya reivindicación prioritaria es que se apruebe una normativa europea. El objetivo es unificar y marcar las reglas de juego para los dietistas-nutricionistas en la Unión Europea. Una tarea por ahora infructuosa. “No es lo mismo un dietista en España que en Inglaterra o en otros países europeos. Por eso tratamos de unificar una postura común”, reconoce Alma Mª Palau. La EFAD trata de que gobiernos y autoridades sanitarias valoren el peso que los dietistas tienen en la reducción de las desigualdades y en la mejora de la salud nutricional en Europa.