La creciente amenaza global de resistencia a los antibióticos ha forzado la creación del consorcio público-privado DRIVE-AB, financiado con 9,4 millones de euros por la UE a través de la Iniciativa sobre Medicamentos Innovadores (IMI). Se estima que entre 25.000 y 37.000 personas mueren cada año en la Unión Europea contra las infecciones que son resistentes a múltiples fármacos. Los costos sociales anuales varían entre 1.500 y 4.500 millones de euros, según salgan los datos de la OMS o de la propia UE. El consorcio DRIVE-AB pretende definir un estándar para el uso responsable de la reserva menguante de antibióticos eficaces.
La Organización Mundial de la Salud ha identificado la resistencia a los antimicrobianos como una de las tres mayores amenazas para la salud humana. Cada vez aparecen nuevas formas de resistencia que reducen la capacidad de los médicos para tener las infecciones bajo control. A pesar de la necesidad reconocida y creciente de nuevos antibióticos, sólo dos nuevas clases llegaron al mercado en las tres últimas décadas. La industria considera su producción un mercado de bajo retorno y alto riesgo en inversiones en I+D, que no satisface las expectativas de los accionistas.
Una amenaza para la salud humana
El consorcio DRIVE-AB comprende socios de 11 países europeos (no figura España) de instituciones académicas, organizaciones de investigación, industrias farmacéuticas y de biotecnología. Durante los próximos tres años probarán nuevos modelos económicos para revitalizar las inversiones en I+D. “La resistencia a los antibióticos plantea una amenaza muy real para la salud humana. La colaboración a gran escala, involucrando a las partes interesadas en todo el mundo, es necesaria para hacer frente a la crisis”, explica Stephan Harbarth, de la Universidad de Ginebra, que lidera el proyecto.
Reducir el mal uso de los antibióticos tiene un premio de un millón de euros e incluso más. La Comisión Europea abrirá a principios de 2015 un concurso que se prolongará hasta el verano de 2016. El objetivo es reducir el uso innecesario de antibióticos en caso de infecciones virales del tracto respiratorio superior, o ausencia de infecciones. Se pretende facilitar la decisión al sanitario de no prescribir antibióticos en caso de infecciones virales. En junio de 2014, el Reino Unido anunció el Premio Longitud 2.014 con idéntica misión. Son dos iniciativas diferentes pero complementarias y los organizadores de ambos premios cooperan estrechamente.