Hace un mes, la víspera de Nochebuena, el campo de refugiados de Lipa, en Bihac, en el Noroeste de Bosnia, fue destruido en un incendio en circunstancias no aclaradas. La situación ahora es lamentable tras caer una nevada catastrófica. Muchos de los migrantes, que esperan cruzar la frontera con Croacia, dormían en el bosque. Finalmente, las instituciones internacionales de socorro han sido enviadas para darles alimentos y tiendas de campaña. En la Unión Europea la opinión pública no es informada realmente sobre la tragedia de la migración.