El curso online ‘Sexualidad en el Debate Público’, organizado por Grupo Sólido de América Latina –poco tolerante con gays y lesbianas a los que niega el derecho a formar una familia–, va dirigido a líderes sociales y políticos hispanoamericanos, a jóvenes universitarios y profesionales, a educadores, y a todos aquéllos comprometidos con una mejor comprensión de la sexualidad. Entre los profesores invitados se encuentra el eurodiputado Jaime Mayor Oreja del Partido Popular –conferenciante habitual de este grupo fundado en Argentina– que impartirá una lección magistral en una diplomatura online sobre sexualidad. ‘La familia en el debate político occidental’, será el hilo conductor de la exposición tutorial en video del eurodiputado español. El curso tiene por objetivo incitar y dar herramientas a los alumnos para que asuman con profundidad el tema de la sexualidad.
Los radicales católicos abogan por relaciones hombre-mujer
Grupo Sólido nace en 2008 en Buenos Aires fruto de la inquietud de un grupo de jóvenes católicos ante la creciente disgregación familiar, los fracasos matrimoniales y la desorientación que sufren a partir del cambio de paradigmas culturales a la hora de vivir el amor. “Esta inquietud se fue transformando en frustración cuando comprendimos el impacto social del declive de la estabilidad familiar: aumento de la pobreza, la deserción escolar, la inseguridad y el gasto estatal, entre otros”, afirman sus promotores. Hace cinco años decidieron convertir su frustración en acción y formaron una red de jóvenes para promover lo que denominan una cultura del ‘amor sólido’. Grupo Sólido lanza este curso de sexualidad online, en colaboración con organizaciones republicanas norteamericanas como Center for Ethics and Culture de Notre Dame University y Witherspoon Instutue y la Fundación Valores y Sociedad que preside el propio Mayor Oreja. Escandalizados de la deriva que ha tomado la familia, medio siglo después de la revolución sexual, los radicales católicos reconocen que los estilos de vida han cambiado drásticamente trayendo junto a nuevas oportunidades crisis e interrogantes. Desde su perspectiva se enfrentan a un gran desafío en el terreno de la sexualidad.
Tolerancia cero con familias de gays y lesbianas
Junto a Mayor Oreja interviene la doctora Ana Samuel, investigadora del Instituto Witherspoon, que toma el relevo en Estados Unidos de quienes practican tolerancia cero con familias formadas por gays y lesbianas. Responsable de un controvertido estudio sobre ‘Nuevas Estructura Familiares’ para Ana Samuel, la idea de llevar a cabo un amplio informe sobre los niños de familias encabezadas por padres del mismo sexo fue del sociólogo de familia, Steven Nock, de la Universidad de Virginia, que murió antes de finalizarlo. “El doctor Nock vio la necesidad de un estudio así después de una serie de casos judiciales, especialmente uno de la Corte Suprema de Canadá en que se revisó la ley del matrimonio y se exhortó a sociólogos de familias gays y lesbianas a testificar sobre si los niños criados por padres del mismo sexo sufrían algún tipo de desventaja en comparación con los hijos de padres heterosexuales. La investigación en ciencias sociales sobre este tema todavía estaba en su infancia, y sin embargo, los expertos que testificaron afirmaron con mucha confianza que los niños no sufrían ninguna desventaja”, subraya esta investigadora. El Instituto Witherspoon para el que trabaja es un centro de investigación y una organización benéfica que busca mejorar la comprensión del público acerca de los fundamentos morales de las sociedades libres y democráticas. Ubicado en Princeton, Nueva Jersey, el Instituto apoya proyectos de investigación académica y de enseñanza que aplican los principios fundamentales del programa republicano.
Cruzada contra la pornografía 2.0
Entre los ponentes del curso sobre sexualidad online se encuentra Jaime Martin Grondona, director académico del Grupo Sólido, que lleva su particular cruzada contra lo que califica como pornografía 2.0. “Nos encontramos hoy frente a la pornografía 2.0. El contenido pornográfico o erótico ya no viene de un cine, una revista o un determinado canal de televisión. Viene de un amigo, un conocido, nos llega a un grupo de Whatssapp o al mail o una página donde la gente comparte contenido. Y cada vez es más común que el contenido mismo sea producido por gente común mostrando su intimidad”, señala.
“A mediados del siglo pasado se dio el boom de la industria pornográfica (fruto del surgimiento de los medios de comunicación masivos y la banalización del sexo y la mujer post revolución sexual). Frente a esto no tardaron en hacerse oír las voces de alarma de padres y educadores respecto al peligro que significaba, especialmente para los más chicos. Las preocupaciones se tradujeron en esfuerzos por reglamentar la distribución y producción de pornografía mediante distintos tipos de censura (plásticos negros en las tapas de las revistas, clasificaciones XXX, restricciones para entrar a cines a los menores, etc.). Pero, sé que no les digo nada nuevo, todo esto fracasó. Con la aparición de la pornografía 2.0 se hizo imposible discernir a quién se debe censurar y cómo”. Es otra reflexión del líder de Grupo Sólido.
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