La consulta pública sobre la ley de cambio climático y transición energética que ha prometido el gobierno de Mariano Rajoy concluyó hace un mes y la que abrió la Comisión de Expertos nombrada por el Gobierno concluyó el pasado 31 de octubre. Ya no hay más tiempo que perder. Ya no puede perderse más tiempo, teniendo en cuenta que la Conferencia de París sobre el clima que acordó las reducciones de emisiones contaminantes más importantes de la historia concluyó en 2015, se aprecia el poco interés medioambiental del ejecutivo español.
Aprovechando la Conferencia Internacional sobre el Clima que se está celebrando en Bonn, la organización “Energy for humanity”, relacionada con el lobby de la energía nuclear acaba de publicar un informe sobre la transición energética en los países de la Unión Europea, la Asociación Europea de Libre Comercio (Noruega, Islandia, Suiza y Liechstein), además de Turquía, en el que destaca que España es el tercer país más lento en descarbonizar la energía que consume. Un dato revelador a efectos de la nueva ley anunciada, que deberá ser por consiguiente ambiciosa.
Según el informe de esta ONG, que a efectos de las cifras que aporta no es significativa su querencia por la energía nuclear, Alemania, país anfitrión de la citada conferencia, es la peor clasificada y es considerada como la mayor amenaza climática de Europa, siendo el mayor emisor europeo de gases de efecto invernadero, con el 18% del total de los 33 países analizados, y aunque en su mix de producción de energía eléctrica las energías renovables representan el 30%, este porcentaje es todavía muy inferior al 42% de las centrales de carbón y lignito. Además, el líder económico de Europa solamente ocupa un discreto decimocuarto lugar en lo que respecta al ritmo de descarbonización, y además con el agravante de ser una clara exportadora de energía sucia.
Volviendo a España, resaltar que es el séptimo país emisor de gases de efecto invernadero, que son medidos por millones de toneladas equivalentes de dióxido de Carbono (CO2 por detrás de Alemania, Reino Unido, Turquía, Francia, Italia y Polonia, con el 6,9% del total. El informe analiza las emisiones desde el año 2000 hasta el 2015, y en España hubo una reducción muy notable, la mayor de Europa entre 2005 y 2010, superando el 18%, pero a partir de ese año, la rebaja apenas sobrepasa el 5%, por debajo de la media, que está en el 8,25%.
Reino Unido es el país que más ha acelerado en la descarbonización
Para el cálculo del ritmo de descarbonización, que es la variable más relevante para tener en cuenta en la ley de cambio climático, el informe toma en cuenta las emisiones equivalentes de CO2 divididas por el PIB del año 2015, restando los mismo valores del año 2010. Divide entonces el resultado por los cinco años y así consigue el grado de descarbonización adquirido por cada país. España sólo ha conseguido reducir de media anual entre 2010 y 2015 la cantidad de 2,9 toneladas de dióxido de carbón equivalentes por millones de euros de GDP, a pesar de que apenas hubo crecimiento económico en ese periodo. Una cifra peor incluso que la de Noruega y Suiza, que con los países con menos emisiones, el primero por su hidraulicidad y el segundo por ésta y su apuesta nuclear, que por consiguiente tienen mucho menos margen de mejora. Solamente lo hacen peor que España, Grecia y Portugal. En el caso de nuestro vecino ibérico, ni siquiera ha rebajado el ritmo contaminante sino que lo ha aumentado.
Si Alemania tiene los peores registros, ya que su abandono progresivo de la energía nuclear y el crecimiento económico no lo pueden compensar suficientemente con las energías renovables y el gas, apostando todavía por el carbón importado, Reino Unido es el país que mejor transición energética realiza, habiendo cerrado muchísimas plantas de generación de carbón (Iberdrola ya no opera ninguna) y no quedará ninguna en 2025, siendo la parte de la energía más sucia en el mix eléctrico de sólo el 2% cuando hace pocos años era del 40%.