El ex presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, acosado en Francia por un buen número de escándalos de corrupción a los que se tiene que enfrentar de cara tras haber perdido la inmunidad, fue recibido ayer en audiencia por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y posteriormente por el rey Juan Carlos. Mariano Rajoy inoportunamente tuiteó una foto de su encuentro, mientras en París el nombre de Sarkozy estaba en boca de todos, una vez que Jean François Copé tuviera que dimitir de la presidencia del partido del ex presidente, UMP, por un caso de facturas falsas,posiblemente elaboradas para financiar la campaña de Sarkozy en 2012.
El ex presidente de Francia vino invitado por una empresa de la que no se ha dado el nombre
El encuentro fue solicitado por el propio Sarkozy, según informó ayer ABC, pero en ningún momento se ha sabido a qué había venido a España por “invitación de una empresa”. Hace un año se publicó que Qatar había fichado al ex presidente para que hiciera gestiones en favor de un fondo de inversión con especial interés en España. Lo ciertos es que Rajoy y Sarkozy se conocen bien de cuando ambos ocuparon la cartera de Interior en España y Francia en el año 2002. Sarkozy fue premiado por Juan Carlos I con el Toisón de Oro hace dos años por haber propiciado la mayor colaboración judicial y policial contra ETA, un factor decisivo para acabar con la banda. Al acto de entonces en Zarzuela acudieron los ex presidentes, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, que posaron juntos para la ocasión. Tanto González como Aznar utilizan sus agendas para la actividad profesional.
El ex presidente francés, que es anhelado por la derecha para que concurra a las elecciones de 2017, ha dado muestras en los últimos tiempos de querencia hacia la política, habiendo sido protagonista en la última campaña electoral al Parlamento Europeo con un artículo en Le Point en el que propugnaba un endurecimiento de la política migratoria, con un nuevo acuerdo, mucho más restrictivo, sobre la libertad de fronteras (Schengen), una Europa a dos velocidades, la retirada de los poderes legislativos a la Comisión Europea, y una menor intrusión de la UE en competencias, dejando las de Agricultura, Competencia, Energía y Comercio.
Sarkozy es investigado por varios casos, L’Oreal, Tapie y Gadafi, entre otros
Estos son los asuntos que aparentemente trató ayer con Rajoy y el Rey, pero desde luego la visita era una mera disculpa para fortalecer su imagen. Antes de los despachos, en Francia se recordaban los asuntos de corrupción en los que está envuelto. El caso que ha originado la dimisión de Copé, en el que la empresa Bygmalion, que organizaba eventos para el partido de Sarkozy, la UMP, hizo facturas falsas de cerca de 10 millones de euros a petición del partido se supone que para generar un dinero negro con el que financiar actos electorales superando el dinero de gasto legal. El caso acaba de empezar, y de momento Sarkozy ha negado cualquier complicidad.
La financiación ilegal de las campañas de Sarkozy es objeto de otra investigación, la que desde el año pasado dos jueces siguen por una presunta entrega de 50 millones de euros por parte de Muamar el Gadafi, el ex dictador derrocado y asesinado de Libia. En la investigación judicial hay escuchas de la policía a Sarkozy que no le dejan en buen lugar. Otro escándalo que le salpicó de lleno es el abuso de la debilidad mental de la propietaria de L’Oreal, Liliane Bettencourt, para obtener dinero con el que financiar la campaña de 2007, en cantidades que superarían el importe de las donaciones legales. Se ha sabido por conversaciones intervenidas que Sarkozy contaba con información confidencial de los tribunales, en un claro tráfico de influencias.
La favorable indemnización multimillonaria a Bernard Tapie, que también salpica a la directora del FMI, Christine Lagarde, es otro asunto que sigue investigándose. Por último hubo un escándalo cuando era presidente de Francia por haber encargado a dedo una serie de encuestas, en las que se trataba asuntos personales además de los relacionados con la presidencia, a Pierre Giacometti, quien hacía una función equivalente a la de Arriola con Rajoy, y que tiene abierto despacho en España. Este historial recuerda mucho al de diversos casos de corrupción y tráfico de influencias que han envuelto recientemente al Partido Popular. Sin embargo, no parece que Mariano Rajoy se haya interesado por los asuntos legales del político francés.
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