La OTAN ha comenzado a equiparse con los drones de última generación cuyo contratista y principal fabricante es la estadounidenses Northrop Grumman, con trabajos de Airbus, la italiana Selex, la británica Rolls y otras industrias de hasta 15 países europeos, ninguna de España, que no ha participado en el programa. El Global Hawk Block 40 será utilizado en labores de vigilancia. Esta joya de la vigilancia desde el aire cuenta con un radar capaz de penetrar entre tormentas de arena o cielos muy cubiertos de niebla. Lleva un equipo de infrarrojos que puede visualizar enormes extensiones. El avión, con un coste de 130 millones de dólares, es capaz de volar ininterrumpidamente durante 30 horas, con velocidades punta de 800 kilómetros hora y una velocidad de crucero superior a los 600. El avión tripulado desde tierra es capaz de vigilar e informar sobre una superficie de 105.000 kilómetros cuadrados por día de trabajo, lo que equivale a la superficie de Portugal.