En ‘Los fundamentos morales de la democracia’, monseñor Mario Toso, secretario del Consejo Pontificio Justicia y Paz, think tank de la Santa Sede, denuncia la metamorfosis de los partidos políticos, hechos gradualmente cada vez más “personales”, o sea, instituciones en manos de líderes carismáticos o de lobby (camarillas) que de hecho eligen y pilotan a los candidatos y elegidos, impidiendo a los ciudadanos el elegirlos y controlarlos. Durante su intervención en el en el seminario ‘Rehabilitar la democracia’, organizado por la Conferencia Episcopal y la Fundación Pablo VI, ha acusado a los partidos políticos de perder su función mediadora entre la sociedad civil y las instituciones. Para monseñor Toso la actual reducción de la política a “espectáculo” favorece la aparición de personajes carentes de contenidos y de propuesta, sin capacidad de gestión ni de soluciones para encarar situaciones complejas como la actual: “personajes promovidos por poderosas campañas mediáticas realizadas sin ahorrar medios”, subraya.
La democracia líquida y los indignados
Cuando se habla de democracia líquida, se entiende un modelo de democracia reciente que ha acercado a la política sobre todo a las jóvenes generaciones, sostiene monseñor Toso y lo explica. “Los resultados son conocidos: en 2011 millares de jóvenes dan vida al movimiento de los indignados; en el 2011 nace el movimiento Occupy Wall Street (ocupad Wall Street) en Estados Unidos; en 2012 el Movimiento Cinco Estrellas, en Italia, escoge este modelo como alternativa al sistema de los partidos: los inscritos participan, ora en los temas de la campaña electoral, ora en la selección de los candidatos, ora en los temas a votar a través de los fórum de la plataforma gratuita MeetUP (reuníos, juntaos). Para monseñor Toso, los principios que regulan tales modelos son dos: el uso de la Red y el sistema de las delegaciones. Este último impone a los elegidos “el vínculo de mandato”, y ellos actúan como un cuerpo único; la fuerza del grupo es el absoluto anonimato.
La confrontación y la discusión acaecen online: los argumentos son divididos por áreas temáticas y seleccionados en base a precisos órdenes del día. Los debates son apremiantes, y existe también el riesgo que no se deje ni siquiera el tiempo necesario para tomar decisiones ponderadas. Los que son contrarios se pueden abstener de la votación y pueden formular una propuesta alternativa. Según el secretario del Consejo Pontificio Justicia y Paz, el procedimiento de participación tiene una regla de base: los ciudadanos participantes, para evitar la obligación de tomar decisiones sobre todos los temas de la agenda, eligen sus delegados con un sistema de delegación certificada (proxy vote). La fase del voto cierra la discusión, mientras la plataforma online calcula los votos de cada decisión y establece los puntos del programa más votados”.
Objeción de conciencia hacia el aborto
Un rasgo destacado de la crisis actual de la democracia está representado por lo que monseñor Toso define como el debilitamiento y la desintegración de su dimensión jurídica, es decir, por la fragilidad del Estado de derecho. “Hay comunidades también que, aun reconociendo el derecho primario a la vida, han liberalizado en la práctica el aborto y algunos grupos querrían autorizar el “derecho” del mismo. No solamente. Existen ordenamientos jurídicos y administraciones de la justicia que consienten la discriminación del que hace objeción de conciencia hacia el aborto, a la eutanasia y a la guerra.
Igualmente, mientras en las Constituciones está aprobado el derecho a la libertad religiosa, crecen los prejuicios y la violencia hacia los cristianos y miembros de otras religiones en el área de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa)”, denuncia monseñor Toso. En su disertación ha insistido en que con frecuencia a los cristianos les es recordado en el debate público (y siempre más frecuentemente también en los tribunales), que pueden creer todo lo que quieran en sus casas y en sus cabezas, y que pueden dar culto como deseen en sus iglesias privadas, pero que en público sencillamente no pueden actuar en base a su fe.
Un nuevo capitalismo ético y “democrático”
Muy activo en temas que afectan a la ciudadanía monseñor Toso es el autor de ‘Las Finanzas al Servicio del Bien Común y de la Paz’, en donde plantea lo que hay que hacer para contar con un nuevo capitalismo al que define como ético y “democrático”. En el libro subraya como los operadores financieros tienen el deber de redescubrir el fundamento ético de su propia actividad, y renunciar al abuso de aquellos instrumentos sofisticados, de los cuales podrían servirse para traicionar a los ahorradores. El Consejo Justicia y Paz ha llegado a sugerir, además de la reforma de la ONU, la del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, así como la necesidad de innovar respecto del G8 y del G20, y de proceder a la constitución de bancos centrales regionales, apoyados por entidades políticas correspondientes.
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