José Antonio Castro Sousa, vicepresidente del grupo hotelero NH y segundo mayor accionista, con el 9,1% del capital, no ha firmado las cuentas que la empresa presentará a sus accionistas para que sean revalidadas en la junta de accionistas. De esta forma, Castro Sousa, que es uno de los fundadores del grupo Hesperia, cuyos hoteles son gestionados por NH, no se responsabiliza de que estas cuentas reflejen fielmente el balance de la sociedad. La sociedad hotelera que cotiza en Bolsa y que cifra en casi un 49% el capital flotante, es decir que cuenta con mucho accionista minoritario, ha respondido a requerimiento de la CNMV, el regulador bursátil, que el vicepresidente Castro “se ha abstenido en la formulación de las cuentas por no haber tenido tiempo suficiente de revisar la documentación facilitada”.
Una justificación que resulta indignante para los pequeños accionistas más teniendo en cuenta que Castro Sousa es el presidente de la Comisión Delegada, la más poderosa y en la que, en contra de lo recomendado por las buenas prácticas de gobierno corporativo, no figura ningún consejero independiente. El vicepresidente que no ha firmado las cuentas tiene pendiente un juicio por un presunto delito de estafa, que sin embargo no le ha impedido seguir en el máximo órgano de administración de la cadena hotelera, ya que el Consejo decidió en una reunión de noviembre del año pasado “no adoptar ninguna resolución al respecto, al amparo de la presunción de inocencia y por considerar que su permanencia en el Consejo no ha de afectar al crédito o reputación de la compañía”, según señala en el informe de gobierno corporativo. Desde hace muchos años, el gobierno corporativo de NH es una vergüenza, con un absoluto desprecio a los accionistas minoritarios. Poco avance, sino retroceso, se podía esperar en materia de buen gobierno con la llegada del grupo chino HNA, ahora el máximo accionista con el 29% del capital, al límite para eludir la opa.
El reglamento del Consejo exige al consejero informarse diligentemente y dedicar el tiempo necesario
Castro Sousa ha asistido a las 17 reuniones del pleno del Consejo de Administración de NH y ha presidido las tres de la Comisión Delegada por consiguiente tenía todo el acceso a la información que requiriera. NH debe tomar medidas disciplinarias contra Castro Sousa ya que el reglamento del Consejo de la hotelera establece en su artículo 27 que “los Consejeros deberán informarse diligentemente sobre la marcha de la Compañía, recabando a tal fin cuanta información sea necesaria o conveniente en cada momento para el buen desempeño de su cargo”. Además, en el artículo 29 se subraya que los Consejeros deberán desempeñar el cargo “con la diligencia de un ordenado empresario y en todo caso deberán dedicar a su función el tiempo y esfuerzo necesarios para desempeñarla con eficacia, debiendo informar a la Comisión de Nombramientos y Retribuciones de aquellas circunstancias que pudieran interferir con la dedicación exigida”. Queda claro que el mercado necesita una explicación más seria de las razones por las que el señor Castro no firma las cuentas, siendo el segundo máximo accionista. No se entiende por ejemplo que “en virtud de la relación contractual suscrita con Grupo Inversor Hesperia, S.A., al 31 de diciembre de 2015, NH tiene pendientes de cobro por diversos conceptos 3,81 millones de euros, de los cuales se hallan vencidos a dicha fecha 2,62 millones de euros”, según las cuentas formuladas por el consejo sin el apoyo de Castro.
Teniendo en cuenta la relación tormentosa que Castro mantuvo con NH durante años (con una opa hostil incluida) es posible que surjan todavía situaciones en las que sus intereses puedan entrar en conflicto de interés con los de la sociedad que cotiza en Bolsa y con sus deberes para con ella. Por consiguiente, la CNMV debe insistir sobre este asunto y reclamar luz y taquígrafos porque ya son muchos los renuncios cometidos por NH desde que se iniciara la crisis, por no hablar de la etapa más negra para el minoritario tras el desembarco de Rodrigo Rato en Bankia, que tenía en 2011 el 16% del capital y deudas, por lo que mandaba mucho, teniendo de correveydile a Mariano Pérez Claver.