Un estudio realizado por Reino Unido sobre la dinámica de la pobreza, entrada y salida, en la Unión Europea refleja el drama vivido por la sociedad española en la muy larga crisis económica. El informe ‘Persistent Poverty in the UK and EU, 2008-2013’ realizado por la Office for National Statistics, el organismo británico equivalente al INE español, subraya que en el período 2009-2012, último en el que hay datos para poder comparar en un estudio longitudinal en la Unión Europea la relación entre la población que entra y la que sale de la pobreza, España tuvo la tasa media más alta de entrada en la pobreza y una de las más bajas que escapan de este infierno, lo que refleja un alto riesgo de quedar atrapado en la pobreza. Encabezó el porcentaje de personas que traspasaron el triste umbral durante ese trienio, con un 11,4%, seguido por Reino Unido, con el 9,1% y Lituania, con el 7,9%, mientras que en un país en situación económica muy mala como Portugal sólo entró en la pobreza el 5,7% de la población. En salidas de la pobreza, los españoles tienen una baja tasa escapatoria, siendo los terceros, tras Bulgaria y Eslovenia, con menos porcentaje de salida, el 29,4%. El estudio sólo contabiliza en esta clasificación a 21 países por faltar datos del resto.
El término pobreza se refiere a la baja renta disponible, considerando pobre a una persona que vive en una familia con una renta disponible por debajo del 60% de la mediana nacional. Al ser un indicador relativo, midiendo la renta comparada con la de otros no implica necesariamente un estándar de vida muy bajo. En 2013, el umbral de la pobreza en España para una persona viviendo sola era de 9.300 euros anuales y de algo más del doble, 19.600 euros para una familia con dos niños. La renta disponible se refiere a la cantidad de dinero que se tiene para gastar y ahorrar, una vez descontados los impuestos, pero no los costes de vivienda.
España registra muy malos resultados en todos los ratios que contabiliza el estudio. En el año 2013, la pobreza alcanzaba al 20,4% de la población española, por encima del 16,6% de media de la UE, y un porcentaje que solamente era superado por Grecia(23,1), Rumania (22,4), Bulgaria (21) y Lituania (20,6), pero el foco del informe se pone sobre la persistencia en la pobreza. Esta caracteriza a quien está en la pobreza un año concreto, en este caso 2013 pero también lo ha estado en al menos dos de los tres años anteriores. En el citado 2013, el porcentaje de españoles en pobreza persistente era del 12,1%, el quinto peor registro de la Unión Europea (media del 9%), tras Rumania (18,2), Grecia (13,8), Italia (13,2) y Bulgaria (12,9).
Hay países ricos que están parecidos a España en personas en pobreza durante un año, pero no en persistencia
En cuanto al ratio de persistente pobreza como porcentaje de pobreza total, España está un punto por encima de la media europea, con un 59,3%, pero en décimotercer lugar de una clasificación encabezada por Rumania e Italia. Pero situación es la que muestra el análisis de años en pobreza, donde España está en los cuatro años del periodo 2010-2013 peor que la media. Así en sólo un año hay un 9,6% de la población, cuando la media es del 9. Hay países ricos como Bélgica, Dinamarca, Reino Unido que superan a España cuando se habla de un solo año, e incluso Luxemburgo y Alemania están muy cerca, pero según se incrementa el tiempo van abandonando la mala clasificación, mientras que en el caso español perdura. En el plazo de dos años, frente a una media de 5,3, España tiene el 6,4, y el diferencial aumenta alarmantemente en el de tres años, 4,9 frente a 6,1, y en el cuarto, 5,3 frente a 7,8. Una cifra que se puede considerar de pobreza endémica para casi un 8% de la población, y que solamente lo superan Rumania, Bulgaria, Grecia, Portugal e Italia.
Las cifras de este estudio británico justifican la alarma que hay en Bruselas sobre el aumento de la pobreza en España de la que advirtió al Gobierno en el informe de finales de febrero sobre España en el que hacía un examen exhaustivo relativo a la prevención y la corrección de los desequilibrios macroeconómicos, y denunciaba que la pobreza había aumentado considerablemente desde 2007, con “más de 12,5 millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión social”, habiendo empeorado sustancialmente la situación en familias monoparentales con hijos y los colectivos de inmigrantes, gitanos y discapacitados, al haberse reducido el gasto en asistencia social.
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