La UE debería implementar controles más estrictos en la exportación de armas. En más veces de las previstas las armas exportadas terminan en manos equivocadas, alerta el Centro para la Reforma Europea (CER). Un informe de 2017 descubrió que más del 30% de las armas utilizadas por los combatientes del EI en Siria e Irak procedían de Bulgaria, Rumania, Hungría y Alemania.
Para poner coto a esta situación que ensombrece la imagen de la UE, Sophia Besch y Beth Oppenheim, investigadoras del CER, son partidarias de la creación de un organismo supervisor de exportación de armas respaldado por un mecanismo de cumplimiento. Pero tras conversaciones mantenidas con funcionarios de la UE y representantes de la industria reconocen desencantadas que actualmente “no hay consenso”. En su informe aconsejan a los países suavizar el entorno hostil en el que se realizan las exportaciones de armas, reforzar los controles de uso final y alcanzar acuerdos de exportación intergubernamentales.
“Las nuevas iniciativas de defensa de la UE y el creciente papel de la Comisión sugieren que la relación entre la soberanía nacional y la defensa está cambiando. Europa se beneficiará si puede seguir avanzando hacia la convergencia en la política de exportación de armas”, subrayan Sophia Besch y Beth Oppenheim. La UE podría alentar y apoyar a los estados miembros en la implementación de controles posteriores al envío. Los equipos de expertos formados por personal de la Comisión o del Servicio Europeo de Acción Exterior, enviados a las delegaciones de la UE en el país comprador, podrían emplearse para ayudar con estos controles.
Ambas analistas coinciden en que los intereses estratégicos y la credibilidad de la UE se ven perjudicados por su enfoque ineficaz e incoherente de la política de exportación de armas. La UE es el segundo mayor exportador de armas del mundo, detrás de los Estados Unidos. Las exportaciones de armas combinadas de los Estados miembros representaron el 27% del total mundial en 2014-18, en comparación con el 36% para los Estados Unidos.
El respeto por los derechos humanos
Los estados miembros de la UE han acordado mantener ‘altos estándares comunes’ para las transferencias de armas convencionales, a través del Tratado de Comercio de Armas y la Posición Común de la UE sobre los Controles de Exportación de Armas. La Posición común legalmente vinculante establece ocho criterios contra los cuales los estados miembros deben probar las licencias de exportación, incluido el respeto por los derechos humanos y el derecho internacional humanitario en el país de destino.
Sin embargo, los estados miembros son libres de decidir cómo implementan la Posición Común, y no existe un mecanismo de la UE para sancionar el incumplimiento. Por lo tanto, en la práctica, los estados miembros aplican sus propias políticas nacionales conflictivas y aplican incorrectamente los criterios en sus decisiones de exportación, que a menudo son políticas o impulsadas por la industria.
El mayor obstáculo para impulsar una estrategia comunitaria en la exportación de armas son los propios países europeos que a menudo mantienen posturas divergentes en el análisis de un conflicto. En ocasiones tampoco comparten la política que defiende la UE. Por ejemplo, los estados miembros no se ponen de acuerdo sobre si el suministro de armas a Arabia Saudita ayudará a estabilizar o desestabilizar la región del Golfo y cuál sería el impacto en la seguridad europea. En última instancia, no hay consenso sobre la percepción de amenazas y la evaluación estratégica.
La relación amistosa de España con Arabia Saudí
El importe de la venta de armas desde España a Arabia Saudí entre 2015 y 2017 ascendió a 932,3 millones de euros, según una respuesta del Gobierno a una pregunta parlamentaria de los senadores de Compromís Jordi Navarrete y Carles Mulet. Arabia Saudí es el país que más material militar compra a España. En el año 2015 España autorizó vender material militar a Arabia Saudí por valor de 584 millones de euros, pero el montante final realizado bajó a 546 millones. Al año siguiente, se autorizaron operaciones por 154,9 millones, si bien el importe de las que culminaron fue de 116,2 millones de euros, según la misma respuesta del Ejecutivo.
En otra respuesta, facilitada por el partido valenciano, el Gobierno explica que aspira a una “relación amistosa” con Arabia Saudí basada “en la promoción de sus intereses nacionales pero también de sus valores y principios”, lo cual incluye la promoción de los derechos humanos como prioridad de la política exterior.
Los embargos de armas no son efectivos
Los embargos de armas pueden restringir el comportamiento agresivo al privar a un país de recursos militares. Las restricciones a la exportación de armas también pueden indicar la condena de abusos a los derechos humanos o violaciones del derecho internacional humanitario. Pero el impacto de los embargos de armas no debe ser exagerado. Por sí solos, no son efectivos para cambiar el comportamiento del estado, y son particularmente pobres en la prevención de abusos a los derechos humanos y represión de la democracia. Los embargos de armas más efectivos suelen ir acompañados de sanciones económicas adicionales, que afectan mucho más a los países.
La política de exportación de armas de la UE también está estrechamente vinculada a los esfuerzos para construir la base industrial de defensa de la UE. Debido al bajo nivel de gasto en defensa en Europa, las empresas de defensa europeas dependen en gran medida de las exportaciones para mantenerse. Como resultado, las industrias europeas a veces priorizan las necesidades de capacidad de los clientes de exportación sobre las de los estados de la UE.