La compañía farmacéutica Faes celebró ayer junta de accionistas que se saldó con un par de dimisiones en el consejo, por razones de próximo vencimiento del plazo para el que fueron nombrados Francisco Javier Usaola y José Ramón Arce, pero en la compañía sigue de consejero independiente desde hace 14 años, Francisco Moreno de Alborán, quien lleva el título de Marqués de Alborán concedido por Franco a su abuelo a título póstumo.
Francisco Moreno de Alborán fue sancionado en 2007 por la CNMV por entender el regulador que se aprovechó de información confidencial para comprar acciones de Jazztel poco antes de que entrase en el capital Leopoldo Fernández Pujals. Una sentencia del Tribunal Supremo ratificó este año la legalidad de la sanción impuesta por el regulador bursátil que vigila los abusos de mercado.
El marqués de Alborán, con un excelente currículo profesional que le capacita para ocupar cargos de administrador en sociedades cotizadas, puede sentirse injustamente condenado y sancionado y ese sentimiento lo puede compartir el consejo de Faes, pero las normas están para cumplirse y no se puede admitir que el consejo de administración decidiera ayer mantenerle al frente de la Comisión de Nombramientos y de vocal en la de Auditoría.
El Reglamento del Consejo de Faes dice en su artículo 11 que el consejero deberá dimitir si el Consejo lo considera oportuno, cuando “su permanencia pueda afectar al crédito o reputación” de la empresa o “ cuando resulte condenado por un hecho delictivo o sea objeto de una sanción disciplinaria por falta grave o muy grave instruida por las autoridades supervisoras”. ¿Cómo es posible que con este reglamento en la mano el señor marqués de Alborán siga en el cargo?.
No solamente se está incumpliendo claramente el espíritu del Reglamento, sino que la empresa que hasta ayer estaba presidida por el dimisionario Eduardo Fernández de Valderrama, ha incumplido el código de Bueno Gobierno de las sociedades cotizadas.
Desde su introducción en el año 2007, el consejo de Faes jamás ha informado ni dado cuenta a los accionistas de los motivos por los que considera que el marqués de Alborán, a pesar de haber sido sancionado por hechos muy graves, debe seguir en el cargo. Los artículos 31 y 32 del Grado de Seguimiento de las Recomendaciones de Gobierno Corporativo se han introducido para explicar y justificar este tipo de hechos, en este caso sobrevenidos, ya que Moreno de Alborán era consejero cinco años antes de producirse los hechos.
La opacidad es un factor que penaliza la cotización de Faes, compañía única en el mundo en el que el consejo de administración asegura no controlar siquiera un 2% del capital a pesar de contar con 4 consejeros dominicales, miembros de familias históricamente ligadas a la empresa.
Habrá que confiar en que el nombramiento de dos nuevos consejeros independientes, Carlos Alcocer y Torra, que ha sido notario, agente de cambio y bolsa y fundador de la sociedad de valores Eurofinanzas, e Ignacio Garralda, notario en excedencia, presidente de la Mutua Madrileña y fundador de Asesores Bursátiles, traiga transparencia a esta compañía y aplicación estricta del Código de Buen Gobierno, al margen del grado de presunción de inocencia que cada cual valore.