La llegada de Óscar Fanjul a la presidencia de Deoleo, la empresa española líder mundial en aceite de oliva, ha acelerado la reconversión que lleva a cabo el consejero delegado, Jaime Carbó, un directivo que impuso Ebro cuando esta empresa compró el negocio arrocero de SOS (la marca antigua de Deoleo) y tomó el 9,3% del capital.
Una vez reestructurada la deuda financiera, en torno a los 600 millones de euros, frente a casi 1.500 millones con el que cerró hace dos ejercicios, y llevado a cabo una también tremenda reducción de empleo, que ha bajado de 868 personas en España a 340 tras el último ajuste anunciado de 100 empleados, Fanjul y Carbó han pasado a limpiar los activos, muy inflados en lo que atañe a fondo de comercio, marcas y créditos fiscales.
La próxima junta convocada para el 25 de enero debería aprobar un recorte de 250 millones de euros, de los cuales 82 corresponden a créditos fiscales, la mitad más o menos de los activados, por considerarse irrecuperables. Hay que tener en cuenta que este año la dotación por los deterioros originará una pérdida neta similar a los 250 millones dotados.
Marcas y Fondo de Comercio se llevan otros 158 millones del ajuste. Carbó ya llevó una limpieza de 40 millones en estas partidas el año pasado, pero el nuevo plan de negocio impide mantener los valores contables de las marcas, que ascienden a 840 millones, de los cuales 261 corresponden a las españolas, Carbonell y Koipe y derivadas, fundamentalmente, y 579 millones a las italianas Bertolli y Carapelli.
El fondo de comercio de la compra italiana alcanza los 191 millones, y debería recibir un tajo importante, al igual que el valor de las marcas españolas, contabilizado en 261 millones. La empresa mide el valor de estos intangibles teniendo en cuenta las variables que miden las unidades generadores de efectivo, tanto en España como en Europa.
Aunque Deoleo ajuste el valor de sus marcas, su estrategia es ir incrementando el gasto (ahora en torno a los 12 millones de euros) en potenciarlas, superando el 1,3% de la facturación. Carbó está por la labor de distanciarse de la marca blanca, fortaleciendo las de Deoleo, que son sin duda el gran valor de la compañía, junto a la diversidad de mercados, con un incremento acelerado de las ventas en Estados Unidos y emergentes,como China, Australia, Brasil e India, que suman todos ellos el 25%, frente al 35% de España y 40% del resto de Europa.
La última compra anunciada por Deoleo, la de la marca Hojiblanca, líder en aceite virgen, y la fábrica de Antequera de la cooperativa, se enmarcan en esta estrategia de gestión de generar productos de alto valor añadido reforzados con una marca potente, en línea con la que ha hecho de Ebro una de las líderes mundiales del arroz y la pasta.
El próximo año debe aclararse la propiedad de la empresa, en la que habrá una ligera dilución de los actuales accionistas tras la compra de las preferentes, que aumentarán un 10% el número de acciones, y la operación de Hojiblanca, que concederá a los cooperativistas algo más del 9% del capital. En el caso de que Ebro quiera el control accionarial difícilmente encontrará obstáculos de las cajas-bancos, con Bankia jugando un papel notable por su 18,4%. El contrasplit que se ha preparado de 1 nueva por 10 viejas es el pistoletazo de salida para la recuperación del valor, que cotiza en torno a los 30 céntimos, cuando las últimas operaciones corporativas se han hecho a 50 céntimos.
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