La Conferencia Medioambiental celebrada en Francia ha servido para marcar la hoja de ruta del Gobierno de François Hollande en temas medioambientales, aunque quedan muchas decisiones por reglamentar. Sin embargo, una de las decisiones tomadas, que anunció en la clausura el Primer Ministro, Jean Marc Ayrault, es relevante, en especial para España. Ayrault dijo que el Gobierno prohibirá la utilización de componentes plásticos con Bisfenol A, a partir de 2013 en todos los envases de alimentación destinados a niños y en 2014, en todos los recipientes de bebidas y alimentos.
España es uno de los mayores productores mundiales de Bisfenol A en la planta que montó General Electric Plastics en Cartagena, negocio vendido en 2007 a Sabic, el gigante petroquímico de Arabia Saudí. El estudio del Bisfenol A está sometido actualmente a una revisión por parte de la Unión Europea, habiendo concluido un proceso de audiencias y recopilación de datos el pasado 31 de julio.
La UE decidió iniciar un nuevo procedimiento después de que varias agencias alimentarias de países miembros, no de la española, informasen de la necesidad de eliminar este componente químico, especialmente de los materiales que están en contacto con los alimentos, como pueden ser los revestimientos de las latas de conserva, de bebidas, plásticos reciclables y otros.
Son muchos los estudios científicos que consideran cancerígeno al Bisfenol, perturbador endocrino e inductor de diabetes y disfunción eréctil y baja calidad del esperma, entre otras consecuencias. Esta influencia en enfermedades graves ha sido demostrada en experimentos con animales y se sospecha que también en las personas, incluso en muy pequeñas dosis.
El lobby químico, el agroalimentario y el del sector de embalaje se han puesto en guardia desde hace años alegando que no hace daño y que hoy por hoy resulta insustituible. La sustitución del bisfenol en Francia deberá producirse siempre por un material cuya inocuidad esté demostrada.Los grupos de interés en favor del bisfenol están integrados en una plataforma con sede en Bruselas y cuentan con muchos recursos económicos y una página web en cuatro idiomas. Actualmente conforman el lobby, Bayer, Dow Europa, Styron, Momentive, y los grupos englobados en Plastics Europe, que trabajan con Policarbonatos y Epoxi Resinas, productos en relación directa con el bisfenol A.
El primer éxito de los movimientos médicos contrarios al bisfenol se produjo cuando la Unión Europea prohibió la venta de biberones de plástico con este componente, algo que ya habían hecho anteriormente Estados Unidos y Canadá. Estos dos países han endurecido su posición contraria y exigen información en los etiquetados, además de impedir su uso en cualquier producto para niños, no sólo biberones.
Como casi siempre, los estudios llevados a cabo en el mundo académico y los pagados con fondos públicos han alertado sobre la peligrosidad de este compuesto químico, mientras que los que la industria aporta señalan que es inocuo en las cantidades a las que el hombre está expuesto. Canadá es el país que más lejos ha llegado habiendo declarado el bisfenol A una sustancia química tóxica, lo que exige al menos unos altos niveles de información.
Uno de los científicos que más ha alertado a la sociedad sobre los problemas que puede generar el bisfenol A, cuya presencia en los plásticos es abrumadora, y la producción mundial de plásticos es del orden de 30 kilos por persona y año, ha sido el español Nicolás Olea, quien está peleando por la retirada de los bisfenoles y ftalatos. En uno de sus estudios, Olea ha hecho mención a las informaciones que surgieron en el caso de dóping del ciclista Contador, cuando se comentó que en la orina del ciclista se encontró una sustancia plástica muy común en las bolsas de transfusiones de sangre, lo que ya de por sí dice mucho sobre la filtración de la materia al ser humano.
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