“Hay una posibilidad significativa de que una epidemia de una enfermedad mucho más infecciosa que el Ébola ocurrirá en algún momento en los próximos 20 años”, vaticina Bill Gates en el New England Journal of Medicine. El multimillonario que más dinero ha destinado contra la lucha de las enfermedades infecciosas –un referente es el centro contra la malaria del doctor español Pedro Alonso– recuerda las grandes epidemias padecidas durante el siglo 20, incluyendo la gripe española de 1918-1919 y la actual pandemia del Sida. Para responder de manera contundente a las futuras, Gates plantea un sistema de alerta y respuesta de brotes bajo el mando de una nueva organización mundial, con suficiente autoridad y fondos para ser eficaz. “Una epidemia derivada de causas naturales o bioterrorismo podrían matar a más de 10 millones de personas en todo el mundo”, advierte.
A medida que la epidemia de Ébola se desvanece de la atención del mundo, corremos el riesgo de perder la oportunidad de aprender de ella, escribe el filántropo. Censura el tiempo perdido en contener el Ébola y pronostica que “tales retrasos podrían dar lugar a un desastre global” en la próxima epidemia. “Este problema que refleja un fracaso global no es culpa de una sola institución. Aunque la Organización Mundial de la Salud tiene sistema de Alerta y Respuesta ante un brote Mundial, cuenta con poco personal y fondos suficientes. Una nueva organización podría permitirnos gestionar no sólo una epidemia de origen natural, sino también a causa de un ataque bioterrorista”, señala Gates. Aunque reconoce no contar con una estimación rigurosa del coste de la construcción de un nuevo sistema, Gates argumenta que las proyecciones del Banco Mundial dan una idea del costo de la inacción: una epidemia de gripe en todo el mundo, por ejemplo, reduciría la riqueza mundial en tres billones de dólares.
Exige reforzar los sistemas de salud pública,
incluidas las instalaciones de atención primaria
El multimillonario asegura que existe una imperiosa necesidad de reforzar los sistemas de salud pública, incluidas las instalaciones de atención primaria, laboratorios, sistemas de vigilancia, y centros de cuidados críticos. Con datos de analistas recuerda que el Ébola se ha extendido mucho más rápido y más ampliamente en los países cuyos sistemas de salud – y en especial los sistemas de detección – estaba severamente debilitados por años de conflicto armado y abandono. Considera que los sistemas de vigilancia de rutina deben ser diseñados de tal manera que puedan detectar los primeros signos de un brote más allá de sus sitios centinela. Deben estar vinculados con los laboratorios nacionales de salud pública que permitan una vigilancia y respuesta contundente. Y los datos derivados de tales pruebas deben hacerse públicos inmediatamente. Entre los patógenos conocidos, la gripe es la que tiene más probabilidades de causar una gran epidemia; incluso variantes de la gripe estacional causan probablemente varios cientos de miles de muertes adicionales cada año. “Así que es decepcionante que no tengamos una vacuna para todas las cepas de la gripe”, subraya Gates.
“Necesitamos personal especializado y listo para enfrentar y contener una epidemia rápidamente: manejadores de incidentes; expertos en epidemiología, vigilancia de enfermedades, y otros campos relevantes que pueden proporcionar la capacidad de reacción; líderes respetados de la comunidad que puedan liderar los esfuerzos de participación local; y trabajadores de la comunidad que hablen los idiomas locales”, es el llamamiento del filántropo norteamericano.