El activismo millonario, llamado éste al que realizan las gestoras que manejan miles de millones de euros, se ha convertido en un ariete frente a las malas prácticas de responsabilidad social empresarial y también respecto a las industrias contaminantes o perjudiciales para la salud, como las tabaqueras, juego, petroquímica y minería entre otras, jugando ahora un papel decisivo en la descarbonización de la economía en pro de su sostenibilidad.
El último aldabonazo lo acaba de dar un colectivo de 54 inversores institucionales, que gestionan en conjunto más de 1 billón de dólares de ahorro colectivo y empresarial de fondos de pensiones y de inversión, que ha enviado una carta a 10 multinacionales del sector de restauración, que cuentan con marcas bien conocidas de hamburguesas y pizzas, como McDonald’s o Domino’s, para que establezcan un calendario a sus proveedores de prohibición de suministro de los diferentes tipos de carnes tratadas con antibióticos de manera preventiva o para mejorar el engorde. España es el país del mundo con la mayor resistencia antimicrobiana, según un estudio de la OCDE
Este colectivo de gestoras de fondos, entre las que destacan gigantes como Aviva, Natixis o Mirova, ha sido cohesionado a través de la iniciativa ‘Farm Animal Investment Risk&Return’ (FAIRR), fundada por el multimillonario filántropo y vegetariano, Jeremy Coller, quien dirige Coller Capital y ha creado su propia fundación, Jeremy Coller Foundation, siendo uno de los empresarios de capital riesgo más admirado entre los inversores institucionales.
Esta operación ‘sanitaria’ promovida por el capital privado, conjuntamente con Fairr trabaja ShareAction y cuenta con el apoyo del grupo activista inversor estadounidense ICCR y la ong As You Sow, se alinea con la Organización Mundial de la Salud, que ha advertido en diversos informes de la resistencia de algunos microbios a los antibióticos por el abuso de los humanos de este medicamento, aunque en gran parte la resistencia se debe a la utilización de los antibióticos en la granja pasando luego a las personas a través de la alimentación. El Parlamento Europeo aprobó en marzo un proyecto legislativo por el cual quedará estrictamente restringido el uso de antibióticos en los animales destinados a alimentación.
El bienestar animal comienza a estar en la agenda de responsabilidad social, que las gestoras ya no eluden
Un estudio realizado por estas organizaciones activistas, ‘The restaurant sector and antibiotic risk’, ha mostrado la debilidad de la política que siguen las grandes cadenas de restaurantes para aminorar este riesgo. En concreto ninguna de las 10 cadenas advertidas por carta cuenta con una política completa para evitar la compra de carnes que hayan sido tratadas malamene con antibióticos por parte de sus granjeros proveedores.
El bienestar animal entra de esta forma en la agenda de Responsabilidad Social Empresarial por la importancia que comienzan a darle los gestores de fondos, que deben adaptarse cada día más a los Principios de Inversión Responsable, una iniciativa apoyada por Naciones Unidas, que comprende una red de inversores, ahora mismo formada por 1.380 gestoras y proveedores de servicios financieros, que trabajan en pro de que los seis principios de inversión responsable se pongan en práctica. Fairr pretende que las empresas agroalimentarias aumenten la transparencia sobre sus prácticas para lo que promueve el denominado ‘Business Benchmark on Farm Animal Welfare’, que emite un informe todos los años.