El documento de consulta de la Comisión Europea “Una política comercial renovada para una Europa más fuerte ” apenas menciona la salud y carece de la coherencia básica entre el comercio internacional y la salud pública. “Éste enfoque es particularmente preocupante cuando tenemos lecciones que aprender de la crisis de COVID19”, denuncia la Alianza Europea de Salud Pública (EPHA). De la misma forman parte ONG’s, grupos de pacientes y de profesionales sanitarios.
En un documento la EPHA ha pedido a la UE que adopte una política comercial que sirva al bienestar de las personas, generando beneficios sociales en lugar de centrarse únicamente en las mejoras del PIB. “Una política comercial que afecte a la salud y la equidad sanitaria y no tenga en cuenta los retos a los que nos enfrentamos, corre el riesgo de erosionar el apoyo al comercio internacional y, en general, aumenta el escepticismo hacia el proyecto europeo”, advierte la Alianza.
El análisis de EPHA destaca las formas en que el comercio afecta a la salud pública. Al respecto menciona los impactos en la nutrición a través del aumento del consumo de alimentos y bebidas no saludables como resultado de la eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias; las restricciones en el acceso a los medicamentos como resultado de los flujos transfronterizos de comercio e inversión y disposiciones en acuerdos comerciales sobre derechos de propiedad intelectual; y las controversias entre inversionistas y estados que pueden restringir a los gobiernos y organismos públicos a buscar medidas para proteger y promover la salud pública.
El acceso a medicamentos asequibles
La EPHA pide una política comercial que tenga en cuenta los desafíos mundiales a los que se enfrenta Europa, como la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos o el acceso a medicamentos asequibles. También sugiere las formas en que la Comisión Europea podría hacer que su política comercial sea más favorable a la salud, como el uso cada vez mayor de evaluaciones de impacto sobre la salud, la adopción de un registro de riesgos para evaluar los riesgos para la salud pública de los acuerdos comerciales o la adición de un capítulo específico de salud pública como el desarrollado por EPHA y la European Heart Network que contiene medidas para prevenir enfermedades no transmisibles.
EPHA también pide un proceso más abierto y transparente, asegurando que los grupos de interés público estén informados e involucrados, y se incluyan apropiadamente en el proceso de negociación, como se describe en el informe que EPHA ha producido para las organizaciones que deseen involucrarse más en los debates públicos sobre política comercial.
La Alianza Europea de Salud Pública deja claro que el etiquetado nutricional es claramente una cuestión comercial. Destaca al respecto como Estados Unidos incluye una cláusula para evitar cualquier símbolo, forma o color de advertencia que “de manera inapropiada denota que existe un peligro por el consumo de alimentos o bebidas no alcohólicas” en el Acuerdo México-Estados Unidos-Canadá (USMCA) que reemplaza el TLCAN.