La necesidad que tiene España de reducir el déficit público en muy poco tiempo obliga a todas las instituciones, empresas y Admininistración pública a ejecutar óptimamente los presupuestos, para lo que resulta clave que los concursos públicos estén bien armados para obtener una competencia de ofertas adecuada, lo que en opinión de la Comisión Nacional de los Mercados y Competencia (CNMC) no ocurre. Para corregir esta situación anómala, la CNMC ha iniciado una campaña de mejora de los procedimientos de contratación y, lo que es fundamental, perseguir las irregularidades en los concursos públicos, que de siempre han sido un cáncer.
Atajando estos problemas se puede producir un ahorro enorme, que evite las subidas de impuestos para taponar los déficit, como ha ocurrido hasta ahora. La contratación pública supera el 15% del PIB, lo que significa más de 150.000 millones de euros y según la CNMC, la imposición de una competencia seria en las licitaciones ahorraría 40.000 millones de euros anualmente en sobrecostes.
La campaña de la CNMC se basa en dos pilares, mejorar el diseño de los concursos y la supervisión. Para lograr el objetivo, lleva meses ofreciendo formación a los órganos de la Administración Pública encargados de realizar los contratos y poniendo a su disposición una herramienta para detectar irregularidades e indicios de concertación. Entre las más comunes destacan la reducida participación en el contrato en liza, ofertas no muy razonables de un mismo licitador, boicots en los que nadie se presenta o bien ofertas que no tienen sentido alguno por no ser competitivas, subcontrataciones no justificadas, ofertas con idéntica redacción e incluso errores, alianzas no justificadas, etcétera.
En cuanto a la supervisión, la CNMC ha conseguido notables éxitos en la lucha contra cárteles y otras fórmulas de vulneración de la libre competencia, habiendo impuesto desde 2013 , año en que se creó la Comisión, sanciones por valor de casi 1.000 millones, aunque la merma en los procesos judiciales ha sido del 20% aproximadamente.
El supervisor considera que puede avanzar mucho en la mejora de la competencia si los órganos de contratación de las Administraciones se esmeran en la planificación y colaboran con la CNMC, informándole de las conductas que consideren sospechosas en el proceso de licitación. Parece mentira que todavía estemos en una cultura funcionarial en la que la denuncia interna no está plenamente normalizada y haya que animarla.
La CNMC, que ha conseguido muy buenos resultados con el programa de delación y perdón, por el cual a las empresas que denuncien su participación en cárteles les exonera o rebaja la sanción por su actitud colaborativa, alienta a todos aquellos funcionarios y empleados públicos que participen en órganos de contratación que tengan indicios de este tipo de conductas a ponerse en contacto en una dirección de correo electrónico, que corresponde al buzón de colaboración ciudadana, y también por teléfono.
Competencia se compromete a investigar el soplo de manera confidencial, comprobando si los indicios denunciados confirman la manipulación del concurso. Para ponerse a trabajar, la Comisión no exige que la denuncia sea nominal y admite la delación anónima mediante un formulario que se encuentra en su página web y también del código QR del folleto informativo de la campaña.