La Organización Mundial de la Salud (OMS) plantea eliminar el antigripal Tamiflu, fabricado por Roche, de la lista de 300 ‘medicamentos esenciales’. Fue incluido en 2009 para actuar contra una pandemia, identificada como cepa de la gripe pandémica H1N1. También fue recetado contra la gripe aviar procedente de China. Tras acceder a los ensayos clínicos de oseltamivir (componente de Tamiflu), Cochrane, una red de profesionales de la salud, concluye -sobre la base 46 ensayos que cubren 24.000 pacientes-, que únicamente redujo los síntomas de gripe menos de un día y no evitó que aumentaran las admisiones en los hospitales. Por el contrario, el Consorcio PRIDE, dirigido por Stella Muthuri de la Universidad de Nottingham, tras revisar 29.000 pacientes ingresados llegó a la conclusión de que el uso de Tamiflu reduce la mortalidad en un 19%. Este último estudio fue financiado por Roche.
Miles de millones de dólares gastados
en acopio de inhibidores de la gripe
Desde 2002, los gobiernos de todo el mundo han gastado miles de millones de dólares en acopio inhibidores de la neuraminidasa como el oseltamivir (Tamiflu) y zanamivir (Relenza) en previsión de una pandemia de la gripe. La justificación de esta inversión por las agencias de salud pública en todo el mundo era que estos medicamentos podrían detener la propagación de la gripe y reducir el riesgo de desarrollar complicaciones graves, como la neumonía o la hospitalización. Preguntas sobre la veracidad de estas afirmaciones y la eficacia de ambas preparaciones incitaron a un equipo internacional de investigadores, dirigido por el Dr. Tom Jefferson, una revisión independiente para examinar nuevas pruebas disponibles.
Al llevar a cabo esta investigación, el equipo de Cochrane era reacio a centrar sus esfuerzos en los informes de ensayos publicados disponibles en revistas científicas, porque si bien se han realizado muchas pruebas en todo el mundo, sólo unos pocos han sido publicados. A raíz de una promesa pública por el fabricante de oseltamivir, Roche, para hacer informes exhaustivos de estudios a disposición de los investigadores científicos, el equipo de Cochrane decidió centrarse en los informes clínicos del estudio (presentados normalmente a los reguladores). Cuando el equipo comparó los datos publicados con los registros más completos de ensayos no publicados, encontraron aparentes imprecisiones en el registro publicado de los ensayos. Por ejemplo, mientras que los informes de ensayos no publicados mencionaron eventos adversos graves (algunos incluso clasificados como posiblemente relacionados con oseltamivir), una de las dos publicaciones más citadas no hace mención de tales efectos. Después de haber reconstruido información de más de 16.000 páginas de los ensayos clínicos de datos y documentos utilizados en el proceso de concesión de licencias oseltamivir, el equipo de Cochrane plantea preguntas críticas acerca de su eficacia, así como acerca de su perfil de seguridad reportado. Mientras que el fármaco redujo el tiempo hasta el primer alivio de los síntomas en un promedio de 21 horas, no redujo el número de personas que pasaron a necesitar tratamiento hospitalario.
Una lista de ‘medicamentos esenciales’
asequibles a la población
La lista de medicamentos esenciales, aprobada hace cuatro décadas por la OMS, se actualiza regularmente. Fue elaborada para destacar los medicamentos que se consideran seguros y eficaces, y que deben estar disponibles y ser asequibles a la población. El debate sobre la eficacia del antigripal Tamiflu ha abierto una controversia en la comunidad científica. Expertos como Peter Doshi, profesor asistente de investigación de servicios de salud farmacéutica en la Universidad de Maryland -también autor de la revisión Cochrane-, y editor asociado de la revista BMJ, sostiene que la decisión de incluir el medicamento en la lista de 2009 se basó en los estudios de la gripe estacional financiados en su mayoría por el fabricante.
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