La Organización Internacional del Vino (OIV) dio ayer las primeras estimaciones oficiales sobre la producción mundial para este año, con una caída del 8,2% respecto al año anterior, hasta 246,7 millones de hectólitros, lo que supone la menor cantidad de tan apreciada bebida en 50 años, lo que sin duda originará subidas de precios, que desde ya mismo los consumidores han podido comprobar este otoño en los lineales de las tiendas.
Esta producción tan baja es debido en su mayor parte a los destrozos que la mala climatología ha generado en las viñas de los tres países principales productores de vino, Italia, Francia y España. Ha sido en el campo italiano donde se ha producido la peor vendimia , un 23% inferior a la del año anterior, hasta 39,3 millones de hectólitros, seguido de Francia, donde el descenso ha sido del 19% y 36,7 millones de hectólitros, y en tercer lugar, España, con una pérdida del 15% respecto al año anterior y 33,5 millones de hectólitros.
Incluso en Alemania se ha producido una cosecha muy inferior, del 10%, según las estimaciones de la OIV. Portugal es el único país europeo con tradición vinícola potente donde se ha vendimiado más, concretamente el 10%. Otros tres países europeos, Rumania (64%), Hungría (3%) y Austria (25%), han sido también afortunados y obtenido mejores rendimientos que en 2016.
Este bajo nivel de producción vinícola mundial no se veía desde los años cincuenta del siglo pasado y comienzos de los sesenta. Así, en 1957 sólo se obtuvieron 173,8 millones de hectólitros, y apenas 214 millones en 1961. No obstante hay que tener en cuenta que entonces que países como Estados Unidos, Australia o Chile producían mucho menos vino, y no digamos en China, donde casi ni se conocían los caldos nacidos en Europa.
En Estados Unidos, que es actualmente el cuarto productor del mundo, la OIV da cifras previstas aportadas por el Departamento de Agricultura de ese país, concretamente 23,3 millones de hectólitros y un insignificante descenso del 1%. Sin embargo esta estimación data de agosto y puede verse afectada por los terribles incendios ocurridos en agosto en California, principal estado productor de vino estadounidense.
Donde la climatología ha sido muy favorable en comparación con la de 2016 cuando sufrió el fenómeno de El Niño es en América del Sur. La producción en Argentina, sexto productor mundial, se ha disparado un 25%, hasta 11,8 millones, y nada menos que el 169% ha aumentado la de Brasil, hasta 3,4 millones, situándose por delante de Hungría y Nueva Zelanda. Los australianos siguen por tercer año consecutivo cosechando más vino, y ocupan el quinto lugar en la clasificación mundial.
China no ha dado ninguna estimación oficial
Gran misterio en torno a China, que no ha dado ninguna cifra estimatoria por lo que la OIV le ha mantenido como séptimo productor mundial, con la misma cifra que el año anterior, 11,4 millones de hectólitros, aunque año tras año eleva sustancialmente el número de hectáreas dedicadas al viñedo.
Respecto al consumo, todavía no se dispone a estas alturas del año de datos en los diferentes mercados, por lo que la Organización ha realizado una proyección del nivel de consumo mundial desde el año 2000, con dos escenarios. Uno positivo de recuperación a largo plazo del consumo desde el citado año, y otro, negativo, de evolución regresiva a partir de la gran crisis económica de 2008, con un punto medio de consumo estimado de 243,2 millones de hectólitros.