El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy Brey, mostró durante su intervención en el Senado su débil armadura moral y su total desprecio a la ciudadanía enrocándose en el cargo sin dar explicación alguna a los representantes del Pueblo sobre las razones por las que ha protegido al ex tesorero del Partido Popular, ahora encarcelado, Luis Bárcenas, nombrado por él mismo, a pesar de los graves delitos que se le imputan.
Los aplausos que le dirigió la bancada popular al impostor testimonian la falta de coraje de los diputados del PP, sin nadie capaz entre sus filas de aflorar un poco de dignidad y de vergüenza torera, y reclamar a Rajoy que abandone la política. Basta ya de lanzar urbi et orbi el mensaje falso de que “es un hombre honesto”. Su comportamiento en “el caso Bárcenas” más bien prueba lo contrario.
Asegura Rajoy que no dimite porque no es culpable y aquí está ahora el meollo de la cuestión. La culpabilidad o la inocencia la establecen los jueces. Ya que no ha querido explicarse en el Congreso, el presidente del Gobierno tendrá que hacerlo en sede judicial.
Cita con el Juez Ruz
Por ahora no se le espera, Pablo Ruz, el juez que instruye el sumario del ‘caso Bárcenas’, ha citado a declarar a mediados de este mes, a tres secretarios generales del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, en el cargo actualmente, Javier Arenas y Francisco Álvarez Cascos. Hay algunos ingenuos que piensan que Cascos, por el hecho de haber salido trasquilado del PP, y fundado otro partido competidor, Foro Asturias, podría tirar de la manta. La actuación de Enrique Álvarez Sostres, representante de Foro Asturias, ante los diputados, nos adelanta que no será así. Álvarez decidió repartir estopa a Alfredo Pérez Rubalcaba y al PSOE, sin molestar a Rajoy, confundiendo el motivo político que le había llevado a la tribuna de oradores.
Las partes personadas en el caso Bárcenas, especialmente Izquierda Unida y la Asociación de Abogados Demócratas por Europa, tienen que jugar bien las bazas indiciarias de la actuación de Mariano Rajoy en apoyo del ex tesorero. La vía judicial, la misma que ha retirado de la política al delincuente Berlusconi, antaño tan amigo de José María Aznar y agradecido siempre a su yerno, Alejandro Agag, por sus favores de cuando era europarlamentario, es la única que queda ahora para evitar que Mariano Rajoy siga “sirviendo a los ciudadanos”.
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