Los think tanks españoles son un 71% más transparentes que hace un año pero las fundaciones de los partidos políticos -pese al empuje de la Ley de Transparencia-, presentan una puntuación preocupantemente baja. Estas son las conclusiones del estudio ‘La financiación de las ideas. Índice de transparencia financiera de los think tanks españoles (2015)’, elaborado por el Observatorio de los Think Tanks y basado en la metodología de Transparify. Esta clasifica la transparencia de los think tanks entre 0 estrellas (nada transparente) y cinco estrellas (líder en transparencia).
Un total de 26 organizaciones obtienen una puntuación de entre una y cinco estrellas, componiendo una clara mayoría frente a las 20 organizaciones con puntuaciones de cero estrellas. En 2014 el resultado era inverso: 26 think tanks eran completamente opacos y solo 21 ofrecían cierto grado de transparencia. Pese a la mejora, los resultados de España están por debajo de la media internacional de 2,2 estrellas sobre 5 fijada por Transparify.
Como resultado de una campaña a favor de la publicidad activa de las fuentes de financiación entre los think tanks de toda España, el estudio compara la situación actual con el diagnóstico preliminar efectuado en 2014. La objetividad de los resultados se ha garantizado mediante un proceso de evaluación por pares. Este tiene la finalidad de eliminar sesgos subjetivos del proceso de evaluación. Cada think tank o fundación se ha adjudicado a dos expertos que asignaron la puntuación de forma independiente. Los resultados suelen coincidir. Las discrepancias se sometieron a una revisión común de todos los expertos con el objetivo de establecer un criterio homogéneo.
Las razones de la mejoría en 2015
Los 26 think tanks más transparentes componen una pirámide en cuya cumbre se encuentra la Fundació Bofill, única institución que obtiene la calificación máxima. Con cuatro estrellas le siguen la Fundación CIDOB, Fundación Ecología y Desarrollo y Fundació Catalunya Europa. A continuación se ubican cinco think tanks con tres estrellas, ocho con dos estrellas, y nueve con una estrella. En un año, casi una de cada tres fundaciones analizadas ha mejorado su puntuación en el rating (32,6%), con un aumento medio de 1,7 estrellas. Por el contrario, tres fundaciones empeoraron su calificación en una estrella. Los restantes 28 think tanks obtuvieron el mismo resultado en 2014 y en 2015.
En el cómputo global, la mejora de la media en media estrella, desde el 0,7 hasta el 1,2 de 2015, supone un aumento del 71%. Dos factores fundamentales han contribuido a la mejoría que ha detectado el rating de 2015: la campaña de comunicación del Observatorio de Think Tanks y la entrada en vigor de la Ley de Transparencia.
La Celosía ha entrevistado a Francesc Ponsa y Jaime González, coordinadores del estudio, que se muestran tajantes al afirmar que “las administraciones públicas no deben financiar a fondo perdido a las fundaciones”.
En Estados Unidos consideran que los think tanks empiezan a ser predecibles en sus análisis. Los magnates que los financian empiezan a plantearse para qué les sirven si cada vez tienen menos influencia. ¿No sobran think tanks en España?
Estamos de acuerdo en que el papel y la importancia de los think tanks están en tela de juicio en los Estados Unidos, donde sin duda hay demasiados de estos centros. Se cuentan por centenares solamente en Washington y es imposible mantenerse al día de sus informes, sus eventos e iniciativas. Dicho esto, aunque la palabra think tank inmediatamente pueda sugerir dinámicas sospechosas, hay un número considerable de instituciones que, por motivos diversos, tienen muy buena reputación y son considerados socios importantes por la administración, el sector filantrópico, la clase política, etcétera. Como siempre en este sector, es muy difícil acertar con las generalizaciones.
En cuanto a los think tanks en España, aunque numéricamente puedan parecer muchos, en el Observatorio de Think Tank trabajamos desde la convicción de que estas organizaciones aún no han encontrado el encaje debido en nuestra sociedad y en nuestro sistema democrático. Quizás necesitemos que algunas de estas organizaciones sean más conocidas y más reconocidas. No es una tarea fácil, pero tanto por el gran número de retos a los que España se está enfrentando, como por las dinámicas de la política de partidos, que por el momento no dan señales claras de mejorar la calidad del discurso político, existe una clara necesidad de referentes independientes en políticas públicas que ayuden a informar y elevar el debate sobre las reformas necesarias en nuestro país. Los think tanks no pueden ser la única pieza, ni la pieza que lidere este frente; pero tienen rasgos propios que los diferencian y los ponen en ventaja: el capital humano, la voluntad de integración entre conocimiento y acción y la independencia jurídica.
¿Qué propuestas aconsejan para que las fundaciones de los partidos políticos pierdan la opacidad y la inmunidad que evita fiscalizarlas?
Por lo que respecta a las fundaciones de los partidos políticos, nuestro informe recoge varias recomendaciones que se pueden consultar en el documento. Por parte de las propias fundaciones, es imprescindible que sean transparentes con respecto a los donativos de particulares y empresas, que por el momento están ocultando. Además, las administraciones públicas harían bien en dejar de financiarlas a fondo perdido. Es importante que el Estado pase de las subvenciones automáticas a ayudas y becas en régimen competitivo y de acuerdo con criterios de calidad, mérito y relevancia. En otras palabras, que la relación sea más parecida a la contratación pública que al actual clientelismo. Además, las fundaciones deben cumplir al pie de la letra con la Ley de Transparencia, algo que por el momento no hacen.
¿Cómo valoran la Ley de Transparencia del Gobierno?
La Ley de Transparencia es un buen comienzo, pero tiene muchos ámbitos de mejora. Desde el punto de vista de la rendición de cuentas de las fundaciones, sin embargo, una reforma más efectiva de la publicidad activa de estas organizaciones debería abordar la figura de los protectorados de fundaciones, que ejercen una tutela poco eficaz, descoordinada y anticuada.
¿Qué destacan de la Fundació Bofill, única institución que obtiene la máxima calificación?
La Fundació Bofill ha sabido aprovechar un momento de renovación de su página web, con todo lo que ello conlleva de reflexión y planificación estratégica, para publicar con claridad y sin miedo sus fuentes de financiación.
¿Por qué a la cabeza de la transparencia predominan entidades catalanas?
No tenemos una respuesta de por qué las entidades que aparecen en cabeza son organizaciones catalanas. El único hecho claro es que sus dirigentes han considerado que era importante distinguirse muy claramente en el ámbito de la transparencia.