El Grupo LEGO pondrá en marcha un plan para encontrar materiales ‘sostenibles’ que reemplacen, en 2030, al plástico actual que utiliza en sus juguetes con forma de ladrillos. La compañía invertirá más de 150 millones de dólares en un Centro de Materiales Sostenibles. Desde hace más de cincuenta años, los populares bloques con los que juegan niños del todo el mundo se han hecho de un plástico fuerte, el acrilonitrilo butadieno estireno (ABS). La compañía acumula 6.000 toneladas de plástico cada año para la fabricación de todos los conjuntos que vende. Ante el daño ambiental creado el grupo asegura, a través de un comunicado, que colaborará con empresas y expertos externos para encontrar y poner en práctica los nuevos materiales de repuesto, aunque reconoció que no hay acuerdo sobre lo que constituye un material ‘sostenible’. Desde LEGO se argumenta que debe tener “una huella aún más ligera que el material al que sustituye en todas las áreas clave medioambientales”. Durante su intervención en Innovation Takes Root, evento celebrado en febrero de 2014 en Orlando (Estados Unidos), Allan Rasmussen, gerente senior de proyectos en LEGO System A/S, ya adelantó que trataban de encontrar un material alternativo a los polímeros basados en petroquímicos que ofrezca el mismo desempeño, además de ser amigable con el medio ambiente.
España también es un mercado importante
“Europa es una región clave del mercado para nosotros y España también es un mercado importante para el Grupo LEGO. Me gustaría aclarar que nosotros no estamos buscando un reemplazo a los plásticos o el abandono de los plásticos. Estamos apuntando a la búsqueda de fuentes sostenibles para reemplazar nuestros actuales materias primas a base de aceite. El plástico puede también hacerse a partir de materias primas sostenibles o de base biológica. Con la importante inversión apuntamos a la sustitución de las materias primas actuales con alternativas sostenibles para el año 2030, y vamos a cambiar poco a poco a los nuevos materiales una vez encontremos estos. Es demasiado pronto para dar tiempos específicos, pero nuestro objetivo final es 2.030”, declara a La Celosía, Rugido Rude Trangbæk , portavoz de LEGO.
El fabricante de juguetes asegura
que reduce la huella de carbono
“Ya hemos tomado medidas importantes para reducir nuestra huella de carbono y dejar un impacto positivo en el planeta mediante la reducción del tamaño de los embalajes, introduciendo embalajes con certificación FSC y la inversión en un parque eólico marino. Ahora vamos a estimular nuestro enfoque en los materiales”, señala Jørgen Vig Knudstorp, CEO y presidente del Grupo LEGO. La multinacional presume de su alianza con WWF para mejorar su imagen. El acuerdo suscrito tiene como finalidad evaluar el impacto medioambiental de los nuevos materiales biológicos para los elementos que fabrica y el embalaje. “Cumplimos con los más altos estándares de seguridad de productos a nivel mundial. Lo hemos hecho antes y vamos a seguir haciéndolo en el futuro. Las materias primas que el Grupo LEGO utiliza actualmente para la fabricación de ladrillos están a la altura de todo lo que esperamos en la experiencia de juego, durabilidad, calidad y seguridad, pero no son de fuentes sostenibles”, reconoce el portavoz de la compañía. Remite a la directiva de seguridad del juguete de la UE para argumentar que cumple con los estándares establecidos. Greenpeace presionó a la multinacional danesa con una campaña internacional para que rompiera un acuerdo con la petrolera Shell, culpable de grandes desastres ambientales, que se anunciaba en los juguetes. La organización ecologista explica que Shell realizó un acuerdo de promoción mutua con LEGO como parte de una estrategia muy elaborada para limpiar su reputación. LEGO incluyó piezas con el logo de Shell en una de sus cajas de juguetes (como en la imagen). De esta manera la petrolera busca que toda una generación de futuros consumidores se conviertan en seguidores de la marca. “Shell se mete en las habitaciones de los niños para limpiar su imagen mientras que, al mismo tiempo, amenaza al Ártico con perforaciones peligrosas que podrían causar derrames de petróleo irreparables. No podemos permitir que lleve a cabo esta estrategia”, subraya Greenpeace.
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