*María Teresa Fábregas
El jueves 27 de marzo la Comisión Europea adoptó una Comunicación sobre la financiación participativa, también conocida como crowdfunding bajo el título “Liberar el potencial de la microfinanciación colectiva en la Unión Europea”. La Comunicación se basa en las conclusiones de la consulta pública que la Comisión llevó a cabo de septiembre a diciembre del 2013.
El crowdfunding encierra un enorme potencial para complementar las fuentes tradicionales de financiación y contribuir a la financiación de la economía real. Cada año alrededor de medio millón de proyectos europeos se financian a través del crowdfunding. La mayoría de estos proyectos no obtendrían financiación de otro modo. Además se trata frecuentemente de proyectos que contribuyen a construir una economía plural y social, tales como proyectos innovadores, creativos y culturales o actividades de emprendedores sociales, para los que el acceso a otras formas de financiación plantea dificultades.
Aunque el crowdfunding presenta una forma nueva y prometedora de captar fondos e invertir, las respuestas a la consulta pública de la Comisión han puesto de manifiesto una serie de retos decisivos a la hora de aprovechar sus ventajas. Estos conciernen a aspectos tan variados como la falta de información y de conocimientos específicos de muchos contribuidores, la garantía de los derechos de propiedad intelectual de los proyectos, el trato fiscal y los gravosos requisitos reglamentarios así como la inseguridad jurídica, el fraude y la protección de los inversores.
Varios Estados miembros han intentado responder a estos retos a través de medidas no legislativas, tal como en Alemania, los Países Bajos y Bélgica. Otros, incluyendo Italia, Reino Unido, Francia y España, están estudiando la posibilidad de adoptar, o han adoptado ya, legislación para regular esta nueva forma de financiación, así como para proteger a los inversores.
Existe el riesgo de que una regulación prematura y que imponga obligaciones excesivas frustre el desarrollo del crowdfunding. Al contrario, una política excesivamente laxa puede llevar a los inversores a sufrir pérdidas, mermando su confianza en esta forma de financiación. En este contexto es preciso plantearse si la legislación nacional o de la UE vigente está verdaderamente adaptada a las necesidades del crowdfunding, o si existen normas innecesariamente gravosas a este respecto y que deberían adaptarse a las necesidades de sus usuarios. Por otra parte, conviene fomentar iniciativas legislativas que incentiven nuevos modelos de financiación alternativos o complementarios a los tradicionales en la UE, y que garanticen un adecuado nivel de protección de los contribuidores. Esto es necesario para crear nuevas posibilidades de financiación, en particular de nuevas PYMES y de proyectos innovadores o de interés social y para ayudar al crowdfunding a desarrollar todo su potencial.
Una fuente de financiación prometedora para emprendedores
La Comisión europea considera que el crowdfunding ofrece numerosas ventajas a muy diversos grupos de usuarios y constituye una fuente de financiación prometedora para muchos emprendedores que no encuentran soluciones adaptadas a sus necesidades. Considerando el potencial y los desafíos de este fenómeno emergente, la Comisión Europea está en proceso de desarrollar, en colaboración con las partes interesadas, una posición común a nivel de la UE que preparará el terreno para posibles acciones futuras.
Para ello, se ha decidido establecer un grupo de expertos que proporcionará a la Comisión asesoramiento y conocimientos especializados en este ámbito a fin de promover la transparencia, las buenas prácticas y la formación en este nuevo sector. El objetivo es elevar los niveles de calidad del crowdfunding y evitar incoherencias en los enfoques nacionales que puedan perjudicar el mercado interior, así como evaluar la necesidad de su regulación a nivel de la Unión Europea. En conclusión, es obvio que frente a la crisis financiera, económica y social que continúa afectando a Europa, debemos buscar nuevas fuentes de financiación, más diversificadas y adecuadas a la economía real y a las necesidades sociales. El crowdfunding es un fenómeno nuevo, incentivado sobre todo por el uso de las nuevas tecnologías, y que debe apoyarse con las garantías necesarias para todos sus usuarios. La actuación a nivel de la UE aspira a promover esta nueva fuente de financiación de un modo coherente y maximizando el valor añadido que proporciona el mercado interior, en particular para las PYMES, las plataformas y los pequeños inversores.
*Jefa de Unidad Mercados de Valores, Dirección general Mercado Interior y Servicios, Comisión Europea.
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