El Eurobarómetro de la opinión pública sobre la corrupción en cada país de la Unión Europea fue publicado ayer y en él se constata que en España hay una percepción mucho más elevada que en la media europea de que las diferentes formas de corrupción están muy asentadas. La corrupción, entendida como el intento de obtener un beneficio mediante el abuso de poder, bien sea con sobornos o cohechos, tráficos de influencias, nepotismo, conflicto de intereses, puertas giratorias u otras formas, está muy extendida en España, según el Eurobarómetro, que recoge las respuestas sobre el año 2019.
Mientras que en la UE el 71% de los ciudadanos considera que la corrupción es habitual, en el caso de España el porcentaje sube hasta el 94%, el mismo porcentaje que en el anterior eurobarómetro del año 2017. El 57% asegura además que ha aumentado en los últimos tres años, no obstante son 11 puntos menos que cuando se preguntó lo mismo entonces.
Esta corrupción contrasta con el hecho de que los ciudadanos españoles rechazan en mayor medida que los de la media de la UE aceptar dar un regalo, dinero o un favor para conseguir algo de la Administración o un servicio público. Muy grave resulta el hecho de que en España un 58% asegura que la corrupción le afecta personalmente en su vida diaria, cuando en la UE solo responden igual un 26%.
El 90% de los encuestados españoles piensa que hay corrupción en las instituciones nacionales y sólo un punto menos en el caso de las regionales y locales, cuando en la UE no supera el 70%. El 80% de los españoles considera que la corrupción está muy extendida en los partidos políticos (53% en la UE), siendo luego los más corruptos los políticos, con un 68% (49% en la UE), seguidos de los funcionarios que resuelven concursos públicos o permisos para negocios, con entre el 44 y 49% de respuestas afirmativas. Un 50% de españoles piensa que en los bancos e instituciones financieras está extendido el abuso de poder y las sospechas de corrupción suman más del 30% en lo que atañe a policía, aduanas y tribunales, porcentajes siempre superiores a la media europea.
La clase empresarial también sale muy mal parada en corrupción, siendo un 79% los que afirman que ésta forma parte de la cultura empresarial española y un 84% consideran que junto al favoritismo dificulta la competencia empresarial. A pesar de esta percepción genralizada y masiva de corrupción, sólo un 5% de los encuestados ha sido testigo el último año de algún caso de corrupción.
Resulta muy significativo que un 30% de los españoles que han intervenido en el eurobarómetro asegura que el denunciante de corruptelas no está protegido y el 21% asegura que denunciar puede traer problemas con la policía u otras autoridades. Ambos porcentajes por encima de la media europea. Sin embargo, la policía es la que más confianza genera para las denuncias, con un 62% de aceptación, muy por encima de la justicia (35%), la prensa (14%), los sindicatos (7%) y un representante político (1%).
Un hecho que genera alarma es que en 7 países de la Unión Europea menos de la mitad de los encuestados considera inaceptable la corrupción, siendo Hungría el país que menos la rechaza.