El entorno de bajos tipos de interés actual y la política de expansión cuantitativa (QE) o compra de activos, aplicada desde el pasado enero por el Banco Central Europeo (BCE), hacen notar sus efectos en las prestaciones definidas (DB) y la aportación definida (DC) de los fondos de pensiones europeos. Aunque la organización PensionsEurope -que representa a las asociaciones nacionales de los fondos de pensiones, incluida la española Inverco– no cuestiona la política monetaria del BCE, advierte en un documento sobre el impacto perjudicial de la expansión cuantitativa en los fondos de pensiones y los pensionistas europeos.
PensionsEurope pide a los reguladores hacer frente a los efectos de los tipos de interés bajos y las políticas de expansión cuantitativa para evitar pensiones más bajas y un aumento de las contribuciones. Para las prestaciones definidas (DB), en algunos casos pueden surgir déficits, que deben ser llenados por los patrocinadores corporativos, o recortes en las prestaciones. Los partidarios de la aportación definida (DC) se van a encontrar con un beneficio menor del esperado, según el compromiso de pensión firmado. En general, las tasas de interés tienen un alto impacto en las tasas de financiación de los fondos de pensiones.
Se pide a los reguladores más flexibilidad
tras la pérdida de prestaciones por los británicos
La organización europea argumenta con situaciones que ya son dramáticas en otros países. En el Reino Unido, donde el Banco de Inglaterra ha ejecutado desde 2009 una política de QE, los fondos de pensiones arrastran un déficit millonario, según un informe del NAPF, la entidad que los representa. Los planes de prestación definida se han visto afectados debido a los rendimientos más bajos en bonos del Estado y a una financiación más cara debido a una menor tasa de descuento. Los regímenes de cotización también se han visto afectados. El NAPF concluye que se ha producido un recorte del 22% en los beneficios de los pensionistas.
Desde PensionsEurope se propone a los reguladores, entre otras medidas, extender los periodos de recuperación para esquemas de BD. También les solicita corregir la estructura temporal de tipos de interés que los fondos de pensiones deben utilizar para la valoración de sus pasivos a fin de tener en cuenta el impacto distorsionador de QE. Esta organización también considera que podrían publicar una guía sobre la mejor manera de adaptar la asignación de activos para las condiciones del mercado en el corto y mediano plazo, sin dañar el largo plazo. Y finalmente, pide a los reguladores más flexibilidad a la financiación completa de las provisiones técnicas.
La política de Mario Draghi perjudica a los pensionistas
El pasado 22 de enero, el Consejo de Administración del Banco Central Europeo (BCE) anunció un amplio programa de compra de activos (la llamada expansión cuantitativa o QE). El BCE incluyó la compra de bonos soberanos a su programa de compra de activos del sector privado con el fin de hacer frente a los riesgos de un prolongado período de una inflación considerada demasiado baja. El Consejo de Gobierno tomó esta decisión en una situación en la que la mayoría indicadores de la inflación real y la prevista en la zona del euro se habían desplazado hacia sus mínimos históricos. Para evitar posibles efectos negativos sobre la evolución de los precios, se aplicó una contundente de política monetaria. Desde el BCE entendían que las compras de activos podrían proporcionar estímulos monetarios a la economía con tasas de interés en su límite inferior. Esas compras facilitarían un acceso a la financiación más barata para las empresas y los hogares.
Aunque PensionsEurope reconoce que el crecimiento económico es crucial para Europa y no tiene posición sobre si es buena o mala la política aplicada, advierte que los fondos de pensiones no puede ser simplemente vistos como la ‘garantía de daños’ de la expansión cuantitativa porque afecta a la provisión de pensiones para millones de europeos.
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