Un estudio de prospección climática realizado por investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zurich (ETH Zurich), sin duda una de las instituciones académicas más relevantes del mundo, determina que el cambio climático en las ciudades será muy intenso en 2.050, o sea en 30 años.
Los investigadores, un equipo multidisciplinar de 15 personas encabezado por el belga Jean Franois Bastin, acaban de publicarlo en la revista de Ciencia ‘Plos One’, y para hacer sus estimaciones han utilizado los modelos más voluntariosos y optimistas, aquellos que suponen que la especie humana será capaz de estabilizar las emisiones de dióxido de carbono en ese periodo de tiempo y el alza de la temperatura media global del Planeta no supere 1,4 grados respecto a la era preindustrial. Actualmente la diferencia es de un grado respecto a ese periodo.
El estudio ha analizado la evolución previsible de 520 ciudades en el mundo, y ha resuelto que el 77% de la muestra tendrá un clima en 30 años más parecido al de otras ciudades que al que disfruta ahora, y un 22% tendrá unas condiciones climáticas sin equiparación actual en ciudad grande alguna. Como tendencia general, todas las ciudades tienden a adoptar modelos subtropicales, con las del hemisferio Norte acercándose a los modelos actuales de otras que se sitúan 1.000 kilómetros más al Sur. Por su parte, las ciudades tropicales evolucionarán a climas mucho más secos.
En el caso de la capital de España, los investigadores prevén que su clima se asimile en 2050 al de la ciudad marroquí, Marrakech, mientras que a Londres le colocan el traje climático de Barcelona. Otras equiparaciones significativas del cambio son Moscú será climáticamente Sofía, Seattle mudará a San Francisco y Tokyo a Changsha.
Las analogías que marca este trabajo suizo pueden ser aprovechables, tal como señalan los autores del informe para facilitar la comprensión del cambio climático y ayudar en la planificación urbana, en la que el cambio climático será una variable fundamental a tener en cuenta. Como media se pronostica una elevación de la temperatura en Europa de 3,5 grados en verano y 4,7, en invierno. En bastantes ciudades es muy probable que no vuelvan a ver los termómetros marcar bajo cero.
El balance climático de las 520 ciudades de la muestra se ha medido con el análisis de 19 variables, entre ellas los parámetros de temperatura y lluvia. El pronóstico es especialmente alarmante para las ciudades tropicales, sobre todo asiáticas, Singapur, la capital de Indonesia o la de Malasia, donde es muy probable que se produzcan fenómenos meteorológicos extremos.