Aunque lejos de normalizarse, el indicador del Sentimiento Económico de la Unión Europea lleva tres meses mejorando. En julio subió 1,2 puntos en la eurozona, hasta 92,5, y 2,4 puntos en el conjunto de la Unión, hasta 95 puntos. Lo importante de la medición de julio es el sentimiento menos pesimista cuaja en cuatro de los cinco países mayores de la zona euro, Italia (2,9), España (1,2), Francia (1,2) y Alemania (0,7), siendo negativo solamente en Holanda (-2). Fuera de la zona euro destaca la gran mejora de Reino Unido (6,9 puntos)
Otro elemento a destacar es que todos los sectores, menos la construcción, marcan una mejor perspectiva en la eurozona. La Industria sube algo más de medio punto con mejores expectativas de producción. La confianza en el sector Servicios, con un alza de 1,8 puntos, es la que más subió, aunque no es desdeñable el incremento de la confianza de los consumidores (1,4 puntos más) por octavo mes consecutivo. La Construcción es el único sector que empeora su perspectiva porque la cartera de obras no mejora debido a los recortes presupuestarios, aunque se aprecia más optimismo en materia de empleo. El maltrecho sector de Distribución mejora casi un punto.
En Estados Unidos, la semana pasada se conoció el índice de confianza del consumidor que elabora la universidad de Michigan, el principal referente del país, que se cifró en 85,1 puntos, el nivel más alto desde el mismo mes de hace seis años (2007).
Estas buenas noticias contrastan con el incremento de la inflación en casi todo el mundo en el mes de junio, según los datos presentados ayer por la OCDE. El alza interanual fue relevante, del 1,5% al 1,8%, aunque descontando precios de la energía y de alimentación, se produjo un descenso de una décima, del 1,5% al 1,4%, rebajando así la creencia de que las políticas monetarias expansivas en todo el mundo comienzan a generar inflación.
No obstante, hay indicios de que así sea. Por ejemplo, Japón, que está fabricando moneda intensivamente, sale de la deflación por vez primera desde mayo del año pasado, alcanzando la subida de precios interanual del 0,2%, cinco décimas más en términos interanuales que en mayo, siendo una diferencia muy notable. Estados Unidos también refleja los efectos de la Quantitative Easing, con una IPC del 1,8%, cuatro décimas más, Reino Unido, donde está el otro banco central más laxo en política monetaria, bordea ya el 3%, le falta una décima para alcanzarlo.
En la zona euro, los precios medidos por el IPC armonizado suben anualmente el 1,6%, dos décimas más que en mayo. Las subidas de precios en Occidente hacen mucho daño debido al descenso de los salarios en muchos países. Sorprende el dato de China, cuyo crecimiento ha bajado sensiblemente y sin embargo, la desaceleración va acompañada con una relevante subida de precios, del 2,1 al 2,7%.
Con esta coyuntura, ni el Banco Central Europeo, en su reunión del jueves, ni la Reserva Federal que tiene cita hoy de gobernadores, no se espera que vayan a indicar cambio alguno en sus políticas monetarias, en todo caso ganar tiempo a la espera de los datos que vengan tras el caluroso estío.