Los políticos en general no se comprometen a fondo para llevar a buen puerto los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Predican buenos propósitos pero no los realizan es la conclusión de la investigadora Elisabeth Hege realizada para el instituto francés IDDRI. La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, fue la directora de este think tank estos últimos años.
Para esta investigadora sólo los técnicos mejor preparados se mojaron durante la celebración el pasado julio del Foro Político de Alto Nivel para el Desarrollo Sostenible (HLPF). El foro reunió a altos funcionarios de la ONU, los países miembros, actores locales y representantes de ONG y del sector privado. En la segunda parte del Foro, el segmento político, estuvo marcada por la llegada de representantes de más alto nivel, ministros y secretarios de estado; con algunas excepciones (Polonia estuvo representada por su Ministro de Emprendimiento y Tecnología), son ministros a cargo de Medio Ambiente, Planificación o Cooperación.
Cuarenta y siete países realizaron revisiones nacionales voluntarias, informaron sobre su progreso hacia los ODS y respondieron a las consultas de otros países y la sociedad civil. Pero llegada la hora de la rendición de cuentas para la implementación de los ODS, no convencen. “La calidad de los informes nacionales es muy heterogénea, las preguntas de los demás países son a menudo cuestiones de conveniencia, preparadas de antemano con el país presentador. Sin embargo, podemos notar una mejora con respecto al año pasado: los países no solo han hablado de sus éxitos, sino también de los desafíos que aún deben superarse. Pero los países se limitan demasiado a menudo para describir su proceso de ‘alineación’ de las políticas existentes, y a veces su presupuesto, no recoge los objetivos de los ODS, critica Elisabeth Hege.
El hambre mundial y la crisis del agua
En el transcurso de las intervenciones se alertó sobre muchos asuntos relacionados con la implementación y el logro de Objetivos de Desarrollo Sostenible: el hambre mundial está aumentando, la crisis del agua es preocupante, la productividad de la tierra está disminuyendo, los desastres naturales y los conflictos relacionados con el cambio climático están fomentando la pobreza, el espacio para la sociedad disminuye y los asesinatos de activistas ambientales van en aumento. A pesar de este hallazgo preocupante, el HLPF ha generado pocos compromisos.
La prueba de la verdad del FPHN llegará en 2019, cuando el foro se colocará bajo los auspicios de la Asamblea General de la ONU. Alemania ya se está preparando, Francia también. El país galo se ha fijado la meta de completar para entonces su hoja de ruta nacional que será presentada por el presidente de la República. ¿Pero será suficiente? ¿Qué esfuerzos diplomáticos decidirá desplegar Francia, que también ostentará la presidencia del G7 ese año, para dar sentido a este HLPF 2019? Y si no es Francia, ¿veremos a otros países tomar el liderazgo de este HLPF 2019 para darle una nueva vida al multilateralismo para el desarrollo sostenible? Son las preguntas que plantea Elisabeth Hege.