La epidemia de Ébola en los tres países africanos, Liberia, Guinea-Conakri y Sierra Leona, en los que se ha centrado la enfermedad contagiosa comienza a ser vencida tras conseguir los equipos médicos que trabajan en esos países que por primera vez desde que el virus comenzó a propagarse sin control, hace 20 meses, no se haya originado ningún caso nuevo en una semana, según los datos de la Organización Mundial de la Salud, con fecha 7 de octubre. Una gran noticia para todo el mundo teniendo en cuenta que la OMS concede todavía a la epidemia el carácter de “urgencia sanitaria mundial”.
El balance, según los últimos datos es de 11.312 muertos de un total de 28.457 infectados, siendo Liberia el país con más muertes, 4.808, y Sierra Leona, con más afectados, un total de 13.945. El virus también ha causado pánico en los países occidentales que sufrieron un solo contagio, Italia, Reino Unido y España, y Estados Unidos, donde murió una persona de las 4 atendidas.
A pesar de la buena noticia del aparente control de la zona epidémica, hay temores de que la enfermedad reaparezca e inquietud porque no se tiene el control sobre todas las personas que han tenido contacto con enfermos y especialmente por el descubrimiento de que el virus es capaz de seguir latente en el organismo de los supervivientes de la enfermedad. La semana pasada era ingresada en una unidad especial de un hospital de Londres, la enfermera escocesa Pauline Cafferkey, que se contagió en Sierra Leona y fue dada de alta a finales de enero tras tres semanas en el hospital con varios días al borde de la muerte, como ocurrió con la española Teresa Romero.
La investigación busca un sistema fiable de detección del virus fuera de la sangre
Los virólogos no son alarmistas y consideran que es improbable que el virus mantenga su agresividad infecciosa en las recaídas. Cuando se consigue remover el virus de la sangre tiende a retirarse a zonas privilegiadas desde el punto de vista inmune, como el ojo, los testículos y el sistema nervioso central. Todavía no hay estudios concluyentes sobre la duración de la efectividad del virus, aunque se piensa que no más de 2 años. En un estudio que se lleva a cabo en Francia por el Institut de recherche pour le developpement se ha cifrado en un 10% el porcentaje de hombres que seguían siendo positivos de Ebola en el esperma durante seis meses después de haber desarrollado la enfermedad. En los sitios donde se refugia el virus hay poca probabilidad de contagio, excepto en el esperma por transmisión sexual, aunque el potencial vírico sea menor. Los hombres que se han recuperado de la enfermedad son aconsejados a utilizar el preservativo de por vida hasta que se conozca más sobre el asunto. La OMS reclama que todos los hombres con virus en el esperma deben seguir controles mensuales hasta que el examen sea negativo. En cualquier caso, la posibilidad de recaía aumenta la estigmatización de los enfermos y sus familias en África.
La investigación trabaja en la búsqueda de un sistema fiable de detección del virus en otros lugares que no sean la sangre, una vez ‘sanado’ el enfermo. La enfermera escocesa había acudido a urgencias a un hospital en Glasgow y fue enviada a su casa en un fallo de diagnóstico a pesar de que el médico que le atendió fue informado del historial. Dos días después fue trasladada a Londres en un avión militar en un estado muy grave con Ébola.
Los virólogos piensan que un rebrote de Ebola en pequeña escala que tuvo lugar en Liberia tras 40 días sin un caso es probable que tenga la explicación en virus de supervivientes. Hay quienes propugnan que habría que prolongar el periodo de 42 días que corresponde al doble de días de la duración máxima de la incubación, para declarar el fin de la enfermedad, con el objetivo de ser más diligentes en el seguimiento.