La española Ferrovial se enfrenta al examen del mercado tras la decisión tomada el pasado viernes por la Autoridad Aérea del Reino Unido (CAA, por sus siglas en inglés) de rebajar la subida de tarifas que había autorizado en octubre del año pasado en Heathrow, propiedad en un 25% de la empresa que preside Rafael Del Pino.
En la decisión de octubre, la CAA había determinado que la subida de las tasas que cobra el principal aeropuerto londinense a las aerolíneas por aterrizar sería la misma que la inflación, pero el viernes hizo pública su decisión final señalando que desde abril y hasta el final de 2018, las tasas bajarán en términos reales ya que sólo podrán aumentar un punto y medio menos que la inflación.
La autoridad aeroportuaria intervendrá si Ferrovial y sus socios no realizan las inversiones esperadas
La CAA también se ha reservado el derecho a introducir cláusulas de enmienda en la licencia en interés de los pasajeros, por lo que difícilmente podrá Heathrow rebajar el nivel de inversión comprometido, que asciende a 3.000 millones de libras. Las razones por las que la autoridad aeroportuaria británica ha decidido rebajar los ingresos del operador es que desde octubre ha aumentado el tráfico más de lo previsto y se ha revisado a la baja el coste del capital, del 5,6% al 5,35%. Ferrovial y sus socios en Heathrow, los fondos soberanos de China, Singapur y Catar, además de otros institucionales, se han planteado ordeñar el aeropuerto con dividendos del 6%.
En la batalla entre el aeropuerto y las aerolíneas por conseguir las tarifas más favorables a sus intereses, el consejero delegado de IAG, la dueña de British Airways e Iberia, acusó a los dueños del principal aeropuerto de Reino Unido de “timar” a los pasajeros, con unos precios de los más caros del mundo y un mal servicio. Heathrow ha sufrido interrupciones severas por causas metereológicas y de congestión.
Las aerolíneas reclamaban que el descenso de la tasa fuera de 9,8 puntos respecto a la inflación, mientras que los dueños de la concesión requerían una subida de 4,6 puntos por encima del coste de la vida. Finalmente, la CAA lo ha dejado en un descenso de 1,5 puntos. En los últimos diez años, el recargo a los pasajeros se había triplicado aunque se han realizado importantes obras, como la nueva terminal T5 y la torre de control, el arreglo de la T4, y la demolición de la T2 para levantar una nueva.
El regulador aeroportuario ha metido también en cintura al segundo aeropuerto, Gatwick, con una vigilancia exhaustiva sobre el compromiso adquirido respecto a los pasajeros, en precio y calidad. En caso de que la CAA considere que no se cumplen las expectativas introducirá penalizaciones en la licencia.
El aeropuerto de Stansted podrá cobrar más a las aerolíneas low cost
Las compañías de bajo coste, las grandes clientes del tercer aeropuerto, Stansted, pueden ser las grandes perjudicadas, ya que la CAA ha decidido dar libertad a este aeropuerto para determinar las tarifas por no tener fuerza suficiente para alterar el mercado. No obstante, el nuevo propietario del tercer aeropuerto de Londres, Manchester Airport Group, que lo adquirió a Ferrovial y sus socios, ha firmado recientemente un acuerdo con los dos gigantes del low cost, Ryanair y Easyjet, por el cual las aerolíneas se comprometían a aumentar el número de destinos y vuelos a cambio de tarifas más favorables y mejoras en el aeropuerto.
La gestión de aeropuertos es un buen negocio en Reino Unido y de hecho, Ferrovial, está dispuesto a comprar a sus socios los otros aeropuertos propiedad de Heathrow, que son los Aberdeen, Glasgow y Southampton. Por contra, la empresa estatal española que controla la red de aeropuertos, AENA, busca desesperadamente elevar su penoso nivel operativo, entre un 25 y un 30% de capacidad está ociosa, según su presidente José Manuel Vargas. La gestora y propietaria de los aeropuertos españoles bonifica desde este año a las aerolíneas que contribuyan al crecimiento del tráfico y las que abran nuevas rutas.
AENA tiene que tomar medidas para resucitar a Barajas
AENA, cuya privatización parcial es posible que se acometa en el primer semestre, ha cerrado un ejercicio malo. Los aeropuertos del monopolio operaron 1.790.861 vuelos durante 2013, lo que supone un descenso del 7,4 % respecto a 2012; por sus instalaciones pasaron 187.361.347 pasajeros, un 3,6 % menos, y se transportaron 638.087 toneladas de carga, un 2 % menos. Barajas, cuya T4 fue adjudicada a dedo en su momento a Iberia, es un desastre, con una caída de pasajeros del 12% el año pasado.
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