Uno de los reyes del deporte extremo, el mundialmente conocido funambulista Tancréde Melet, murió ayer en un accidente mientras preparaba una próxima actuación. Dejó la ingeniería para dedicarse a su pasión y alimentarse espiritualmente con la adrenalina que le generaba el vacío de la inmensidad de las alturas. En internet pueden encontrar toda una serie de actuaciones que sólo un ángel se atrevería a realizar. Ya está en el Olimpo, su trabajo es inmortal.
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