El eurodiputado navarro y vicepresidente de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, Pablo Zalba, ha comunicado a los miembros de su partido en Navarra, que ha convencido al Comisario europeo de Salud y Política de Consumidores, Tonio Borg, -con el que milita en el Partido Popular Europeo– para que no se prohíban las máquinas expendedoras de tabaco. Un negocio muy lucrativo en su comunidad, Navarra, y en toda España. Pablo Zalba ya se comportó como un perfecto lobista para posibilitar el nacimiento de la Cámara de Comercio España-Corea.
“Gracias a las gestiones y recomendaciones del eurodiputado navarro Pablo Zalba, se ha podido evitar un daño irreparable para un sector tan importante en Navarra y la posible pérdida de numerosos puestos de trabajo”, así anunciaba a sus militantes la parlamentaria del PPN (Partido Popular de Navarra), Ana Beltrán, la ‘victoria’ de su compañero que hacía extensible a los componentes de la Mesa del Tabaco. Este lobby del que forman parte cultivadores, estanqueros, empresas transformadoras y fabricantes alerta de que la revisión de la normativa comunitaria suponía una grave amenaza sobre los 56.000 empleos del sector y los 9.600 millones de euros en impuestos que se recaudan en España.
El sector de fabricación de máquinas vending concentra en Navarra, de donde es natural el eurodiputado, a las tres principales compañías: Azkoyen, Jofemar y GM Vending. Entre las tres empresas suman casi 1.000 trabajadores y cuentan con 40.000 máquinas. Una vez retirada de la directiva europea del tabaco la prohibición de vender cajetillas en máquinas expendedoras, el Comisario Europeo de Salud y Política de Consumidores, Tonio Borg se ha comprometido, según ha comunicado Pablo Zalba a su partido, a rechazar el trámite de las enmiendas que pretendan volver a introducir esta prohibición en la normativa europea.
Mientras que en España se han ampliado los puntos de venta de tabaco, y se ha abierto un lucrativo negocio en las tiendas de conveniencia, en Inglaterra no se pueden comprar cajetillas en máquinas expendedoras suprimidas por una iniciativa legislativa. El objetivo es disuadir a los jóvenes británicos del hábito de fumar. Según la British Health Foundation, cada año se inician unos 200.000 jóvenes. Otro de los argumentos para prohibir las máquinas es que no existía control sobre la venta a menores.