Una de las cosas más difícil de comprender en la situación actual es la contradicción existente entre las enormes agresiones de todo tipo que estamos sufriendo y la gran dificultad que tenemos para una acción colectiva proporcional a la gravedad de tales agresiones. Dejando a un lado el hecho de que todavía hay amplios sectores sociales que tenemos bastante que perder y eso nos produce mucho miedo, que determinadas organizaciones sindicales y políticas hacen más de freno que de impulso de la acción colectiva, además de otros factores que no procede abordar aquí, voy a tratar de resumir, sin ningún ánimo de exhaustividad, algunos de los que podríamos llamar venenos y narcóticos sociales que nos son inyectados sistemáticamente con el fin de que nos resignemos, pensemos que no hay otras alternativas, nos adormezcamos y se dificulte una respuesta colectiva.
En primer lugar, habría que citar los venenos relacionados con la base filosófica y socioeconómica del sistema capitalista. El capitalismo se basa en la obtención del máximo beneficio en el menor tiempo posible y para ello necesita un crecimiento económico considerable; de lo contrario entra en crisis. En este sentido, dos de sus venenos más básicos contra la acción colectiva son el egoísmo o individualismo y elconsumismo. La filosofía capitalista parte de la base de que el ser humano es egoísta por naturaleza y que esa característica no se debe reprimir, sino que hay que fomentarla. Cada cual debe velar exclusivamente por sus intereses y de la confrontación de dichos intereses en el mercado surge el bien común de la manera más eficiente posible: quienes ganan, se enriquecen y ocupan las posiciones de poder son las apuestas más eficientes. Por eso, para el sistema capitalista la solidaridad es un valor que crea ineficiencia. El consumismo es la consecuencia lógica de la necesidad de crecimiento económico: si cada vez se tienen que producir más bienes y servicios, es absolutamente necesario venderlos. Para ello, se nos hace creer desde la más tierna infancia que la felicidad consiste en tener más cosas, en cambiarlas lo más rápidamente posible comprando otras…
Derivados de los anteriores, está el veneno de la competitividad…