El fabricante sueco de automóviles, Volvo, ahora en manos del capital chino, acaba de desvelar su concepto de coche autónomo, que ha sido concebido para competir con el tren e incluso el avión en trayectos de alrededor de 300 kilómetros. Puede convertirse en un auténtico coche cama. No es un delirio imaginarse viajar en uno de ellos en pocos años.