La diplomacia española no lo hace tan mal cuando ha conseguido que el pasaporte de los ciudadanos a los que debe servir tienen acceso sin visado, otra cosa es la defensa que se haga de aquellos en los países cuya tierra pisan. En el informe de este año sobre la movilidad en el mundo, que lleva a cabo la consultora internacional Henley and Partners, destaca su índice sobre libertad de entrada a un país, sin o con visado a la llegada.
En esta clasificación de pasaportes, el que sella el Estado español figura en quinto lugar, con la misma puntuación que el de otros tres países miembros de la Unión Europea, Finlandia, Italia y Luxemburgo, y por detrás de Japón, que tiene el más valioso, con libertad de entrada en 191 países, Singapur (190) y luego el europeo más poderoso Alemania empatado con Corea del Sur, ambos con 189 países abiertos, uno más que el grupo de España.
Estados Unidos emite a sus ciudadanos el salvoconducto que ofrece más protección, inherente ésta a su carácter de superpotencia, pero en la clasificación de libertad de entrada a países terceros, su pasporte sólo alcanza a 185 países, ya que los años de Trump han cerrado puertas. El pasaporte estadounidense está en el mismo buen nivel en cuanto a fronteras abiertas que los de Noruega, Bélgica y Suiza.
Los peores pasaportes son obviamente los que emiten estados fallidos y en guerra: Afganistán, Irak, Siria, que no llegan para alcanzar 30 países de destino, pero también Pakistán, país cuya migración extraordinaria fuerza el recelo en las fronteras.
El país que ha conseguido ganar más libertad de movimientos para sus ciudadanos ha sido Emiratos Árabes Unidos, el elegido para su huida por quien reinó en España como Juan Carlos I, y que apenas supera los 9 millones de habitantes. En la última década abrió puertas de 49 países más hasta 163. El pasaporte de Colombia también avanzó mucho (35 más), pero sólo da acceso a 129.
A partir de la pandemia es muy posible que la variable sanitaria juegue un papel fundamental a la hora de moverse por el mundo y si eso ocurre la clasificación de los pasaportes más valiosos, que ahora depende del poder económico y de bloque, como es la Unión Europea, y la bilateralidad, cambiará.